Riofrío de Aliste abrió en la tarde noche de ayer las fiestas patronales en honor a la Virgen del Carmen con la “procesión” de la “Buenajera”, una actividad peculiar y diferente, donde concurrieron las lecturas, las música tradicional y las tonadas populares alistanas que alegraron la vida a los alistanos y alistanas cuando eran la única diversión a coste cero y sin tener que depender de operadoras y coberturas.

A falta de verbenas populares, –famosas fueron y son las de Riofrío con grandes orquestas–, hoy solo un recuerdo a causa de la pandemia del COVID 19, el ingenio y la voluntad de los vecinos, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, mostró y demostró, que como decían antaño en Aliste nuestros padres, abuelos y bisabuelos la mayor fuerza es la de la voluntad y con la unión se hace la “buena jera”.

Por jera se entendía hacer una labor: traer la carga de “nabizas” con la burra, ir a moler al molino o acarrear un “charupao” de urces, jaras y piornos para la lumbre.

José Juan Mezquita reflexionaba: “ buenajera es una celebración lúdica, festiva, cultural y reivindicativa que rinde homenaje a todos los alistanos y a aquellas personas del lugar que han alentado la vida de la comarca alistana y mantuvieron en medio de grandes dificultades tanto su aventura humana como su particular patrimonio material e inmaterial durante muchos siglos”.

Participantes en la actividad cultural. | Ch. S.

En unos tiempos, estos, los nuestros, de éxodo rural y despoblación rural galopante, de eventos e inventos donde reinan las nuevas tecnologías, las redes e internet, Riofrío de Aliste ha optado por volver a los orígenes bajo el liderazgo de la hermandad vecinal de la “Buenajera” con el apoyo del Ayuntamiento y de la asociación cultural “Amanecer de Aliste” demostrando que un pueblo si quiere mirar al futuro con un mínimo de esperanza debe vivir el presente, activo, sin olvidar nunca su pasado.

La buenajera toma este año como referencia para las lecturas el libro “Crónicas del Poniente Castellano”, de 1985, donde se cuentan las aventuras y desventuras de sus autores por tierras alistanas recorriéndola hace ya 37 años bicicleta y conviviendo con los alistanos y alistanas que por Aliste el viajero siempre fue bien recibido. Fueron ellos nuestro ilustre Miguel Manzano (musicólogo) de Zamora, Ignacio Sanz (escritor) de Segovia y Avelino Hernández de Soria, ya fallecido y que reconocía “Cada palabra del alistano se pura sentencia”.

Riofrío de Aliste fue antaño uno de los pocos pueblos que contaba con “La Era” prácticamente dentro de su casco urbano. Lo que hace años fue el reino de la trilla con parvas, medas, cembones y muelos de grano, ahora área verde, fue el escenario para iniciar la “buenajera” al más puro estilo de similares eventos que ya se realizan en lugares tan distantes y tan dispares como Irlanda (Dublín) Madrid o Soria.

Un momento del pregón a cargo de Amelia Blanco. | Ch. S.

Una “Convidada” (comida comunitaria) para el inicio: este año se suspendió dadas las circunstancias sanitarias y para así evitar tentar la mala suerte de los contagios innecesarios.

La profesora Amelia Blanco, natural de pueblo y residente en Madrid, fue la encargada de dar el pregón haciendo una profunda y muy acertada reflexión sobre los cambios vividos y sufridos, unas veces para bien y otras para mal, en las tareas agrícolas alistanas donde muy en particular en julio y agosto todos los integrantes de cada familia se tenían que dedicar en cuerpo y alma a segar, acarrear, trillar, limpiar y recoger la paja en el pajar y el trigo y el centeno en el granero para sobrevivir el otoño y el invierno.

Cada participante y en cada lugar fue leyendo un pase de Crónicas del poniente castellano mientras los demás escuchaban y reflexionaban, y así se desarrollo la peculiar procesión que fue visitando los parajes y lugares más emblemáticos dentro del casco urbano como fuera de él.

Tras la visita obligada al museo “Casa de los Carochos”, epicentro de la actividad cultural en Riofrío, abierto con la ayuda de la Diputación de Zamora, se continuo por otros lugares emblemáticos: la “Huerta del Cura”, la fragua, la “Puente la Culaga”, los molinos de “Las Fuentes”, “El Sagrao” (entrada de la iglesia) y la Plaza de los Carochos. Los participantes fueron desde los 23 a los 80 años de edad residentes y emigrantes llegados desde Madrid, País Vasco, Valladolid y Zamora capital.

José Juan Mezquita fue el encargado de amenizar la velada con su gaita de fole y esas tonadas que antaño fueron imprescindibles en cualquier celebración ya fuera boda, alborada, ronda o procesión, mientras los participantes de vez en cuando tomaban una pinta para aliviar el intenso calor del mes de agosto.

Buena Jera consiguió su objetivo de cultivar desde la reflexión, el dialogo, tradición y humor, pasión y dialogo, dando como fruto la convivencia y la hermandad en una tierra y pueblos de buenos escritores como Gregorio Rodríguez Fernández autor de “Paisaje y Alma de Aliste” o Juan Francisco Blanco de “Los Carochos: Rito y Tradición”. Cultura, naturaleza y tradición mostraron una manera alternativa de disfrutar, divertirse y hacer turismo.