UGT Servicios Públicos de Castilla y León ha denunciado el “oscurantismo” y la “falta de debate y de la más mínima información” sobre los planes de la consejera de Sanidad, Verónica Casado, para la “eufemística reestructuración” de la Atención Primaria principalmente en el mundo rural.

Desde UGT se han referido al Plan Aliste en su versión X.0, que ahora llegará a Segovia, como “una muestra más de las verdaderas intenciones de la Consejería de Sanidad, que no son otras que abaratar y precarizar la atención sanitaria de los supervivientes de la Castilla y León vaciada” a través de la supresión de, por lo menos, 19 plazas médicas sustituyéndolas por plazas de enfermería, la implantación de los Centros de Atención Diaria (CAD), herederos de los Centros Rurales Agrupados Sanitarios (CRAS), todo ello sin conocerse dato alguno sobre los resultados obtenidos en la aplicación en Zamora del plan inicial. Actitud que las citadas fuentes sindicales han definido como de “una huida hacia delante en toda regla”.

Sin consenso

El secretario autonómico de Sanidad del Sindicato, Miguel Holguín, señala en un comunicado recogido por Ical que “ni el personal de los centros de salud, la Junta de Personal del Área de Salud de Segovia o las plataformas en defensa de la sanidad pública segoviana han dado el visto bueno al plan presentado”.

Por último, la organización sindical critica la “recurrente resistencia al cambio” que a su juicio utiliza la consejera de Sanidad para catalogar cualquier crítica dirigida a su plan, y lamenta que “rehuya el consenso y el debate”, herramientas que a su juicio son “imprescindibles para poder salvar la Atención Primaria de calidad en los pueblos”.

Las plataformas de la provincia de Zamora aseguran que “algunas medidas de este Plan han sido puestas en marcha durante la pandemia y no funcionan”. Varias comarcas reivindican la cancelación de la cita previa que “deja ver el empobrecimiento de la Atención Primaria en los pueblos”. El Plan “puede funcionar para reorganizar las jornadas de los sanitarios, con consecuencias nefastas para la población”, admiten. “Vivimos en una Comunidad incapaz de retener a los residentes sanitarios”.