El alcalde de Lubián, Felipe Lubián Lubián, reconocía momentos antes rubricar el contrato con el representante de la empresa Construcciones Ropan, Francisco Salgado Martínez, que “es la firma más importante que yo voy a echar”, si no en su vida sí en su trayectoria como alcalde. La oferta de esta empresa de Verín se alzó con la adjudicación para ejecutar las obras de la residencia de la tercera edad en el municipio, en un concurso al que concurrieron cinco empresas. Francisco Salgado y su hijo Francisco Salgado Prieto concurrieron al acto de la firma.

La constructora de Verín obtuvo el contratao en 1.977.144 euros y la máxima puntuación, 100 puntos, sin bajas temerarias. El tiempo de ejecución es de 15 meses aunque habrá que tomárselo con paciencia. La residencia creará 20 puestos de trabajo gracias a la inversión de los remantes municipales, provenientes de los ingresos del canon de los parque eólicos entre otros, que no se han gastado por el techo de gasto impuesto hasta 2021. Las obras comenzarán cuando la empresa termine la tramitación de las autorizaciones.

“Me temblaba la mano”, afirmó el alcalde cuando firmó los préstamos, como responsable del Grupo de Acción Local, para que otros promotores llevaran a cabo sus proyectos. Esta vez no le tembló la mano y hasta se recreó a la hora de firmar una a una las hojas de los contratos. El alcalde repasó su trayectoria paralela entre lo personal y lo político. Volvió a Lubián “con 27 años” a “una escuela en la que no había luz” y donde la maestra de las niñas “recitaba la lección”.

Las escuelas de niños y niñas eran los únicos edificios del Souto. No había cuartel de la Guardia Civil, ubicada en una casa del pueblo. Tampoco había Centro de Salud, ni ayuntamiento nuevo, ni pista de pádel, ni por supuesto estaba tampoco el colegio nuevo. El secretario de A Mezquita “trabajaba por vocación”, porque llevaba cuatro años sin cobrar salario “por culpa de la cuota empresarial” que gravaba los montes y que obligaba a un ayuntamiento pequeño y sin recursos a pagar 1,2 millones de pesetas en impuestos.

Los ayuntamientos como el de Lubián inscribieron los montes a nombre de la institución municipal para eludir esa fiscalidad, y aun así un ministro de Franco encontró la manera de penalizarlos, retirando las asignaciones de aportaciones del Estado, resumía Felipe Lubián en su intervención. El Ayuntamiento recaudaba solo 800.000 pesetas de impuestos a los vecinos. “Cuando llegué había 400.000 pesetas en el Ayuntamiento” porque se acaban de cobrar los impuestos. Lubián atribuyó a la llegada de la democracia todos los cambios que propiciaron la recuperación de los montes y la actual fuente de ingresos de los pueblos y el Ayuntamiento pese a la notoria resistencia de la Junta de Castilla y León que, incluso antes de que existiera la autonomía, ya estaba en proceso la recuperación de los pueblos de sus montes.

Y son precisamente esos montes los que han permitido que se firme el contrato para las obras, al aportar suficientes recursos económicos, y que sean los propios pueblos quienes los gestionen. Las adminsitraciones “se han olvidado de la España de la periferia”, un término que Lubián prefiere al de la “España Vaciada” porque “la hemos vaciado nosotros” por la emigración y porque “nuestros padres quisieron una mejor vida para sus hijos” que la que ellos vivieron.

El alcalde dolido contestó a las palabras de la concejala del PSOE de Bermillo en relación a que “Lubián es un ejemplo a “no” seguir” respecto a la ocupación con los aerogeneradores que reportan del canon 3.000 euros por habitante, frente a los 900 euros de la capital, a los que hay que sumar otros 2.000 euros por habitante que perciben las Juntas Vecinales y que emplean en obras que a lo mejor son de escasa utilidad pero “hay tantas frustraciones en los pueblos que ahora se satisfacen, y luego ya se verá”, justificó el alcalde.

La pérdida de población de Lubián del 16,02% no está relacionada ni con los aerogeneradores, ni con el turismo ni el sector primario, y es inferior a la de otros municipios turísticos como Galende con el 30% de pérdida de censo o el mismo Fermoselle, o Porto, donde predomina la ganadería y donde la pérdida de habitantes es del 40%. En Lubián y en otros municipios de la zona, como Verín o Pedralba, “16 familias tienen un trabajador en los eólicos”.

Y para rematar mostró en su móvil las vacas que pastan bajo los postes eólicos de la explotación de 200 vacas que se ha asentado en el municipio, donde en la década de los 90 sólo había 16 vacas en dos explotaciones familiares.