La plataforma “Litos por la Sanidad Pública” y los vecinos del pequeño pueblo zamorano siguen manifestándose una vez por semana, siendo ésta la octava concentración consecutiva y con la que han dado comienzo a la recogida de firmas para el apoyo a las quejas presentadas ante el Procurador del Común.

Cándida Martín, presidenta de la plataforma, ha animado a que los pueblos limítrofes den visibilidad a sus problemas con la Atención Primaria: “Les invitamos a que se manifiesten y tomen iniciativas para, entre todos, pedir que no se deteriore más la Sanidad Pública”. Eso sí, con precauciones: “De momento, cada uno desde su pueblo, ya que la situación actual con el coronavirus no aconseja que nos estemos desplazando de pueblo en pueblo. Cuando esto mejore, nos concentraremos todos juntos donde haga falta, pero ahora no es prudente”, afirmó.

La principal reivindicación se centra en volver al sistema de citas presenciales sin necesidad de solicitar la presencia del médico con una cita previa, tal como se hacía antes del cierre de los consultorios rurales debido a la pandemia del COVID-19. La vuelta a la presencialidad en los pueblos en los que se ha recuperado (que no son todos los de la provincia) lleva aparejada una importante novedad: los pacientes deben solicitar la presencia del doctor y la enfermera gestionando la cita previamente y por teléfono.

Los vecinos de Litos sostienen que este sistema, sin duda necesario en las ciudades, en las que cada médico cuenta con miles de cartillas, es totalmente innecesario en pequeñas localidades e introduce un importante escollo para los pacientes. Y es que la afluencia de pacientes en el consultorio el único día de la semana que se desplaza el médico en ningún caso supone un desbordamiento de la consulta, y sin embargo, el tener que gestionar la cita previa supone una traba a veces insalvable para personas con alguna habilidad sensorial disminuida debido a la edad. Este perfil de usuarios de atención primaria, el de los ancianos, conforma el grueso de la población en el mundo rural.

A esta cuestión se unen otras, como la reclamación de que la enfermera realice la prueba de INR a las personas medicadas con Sintrom en el propio consultorio, en lugar de obligar al paciente a desplazarse al Centro Médico de Tábara. En este caso, durante las dos últimas semanas la prueba se ha realizado en Litos a quienes lo han necesitado, lo que parece dejar patente que los impedimentos que se han puesto hasta ahora no eran tan insalvables como se pretendía.

Cualquier persona sea del pueblo o no, puede firmar la queja.