El rebaño de 4.000 ovejas castellanas de Aliste cruzaba ayer a primera hora de la mañana la travesía del Arrabal de Puebla para recalar en Castellanos de Sanabria, en una “etapa” corta de su trashumancia antes de encaminarse a la sierra de Aciberos, en la zona de Puente Porto, dentro del Parque Natural del Lago de Sanabria y Sierras Segundera y de Porto. Pastores y ganado conocen sobradamente el camino, en ocasiones intransitable, cegado por la maleza y la falta de mantenimiento institucional.

Tras pernoctar el domingo en Linarejos, el paso de Aliste a la Carballeda, el lunes, fue una jornada de calor excesivo para Tomás García, José María Leal, Domingo Manjón y Javier Parra que conducen el rebaño y sortean todos los problemas del camino. Desde cortes, falta de limpieza hasta los embudos por los que entra todo el rebaño para sortear las vías del tren. Dejan atrás sus pueblos: El Poyo, Gallegos del Campo, Vega de Nuez y Pobladura, donde “ya está todo seco” y esperan pastos verdes en el altiplano, aunque parece que también se está secando con rapidez.

En Robledo, las temperaturas superan los 32 grados en las horas centrales del día, y tras descansar en el arroyo Truchas y refrescar la cabaña emprenden de nuevo el camino por una zona que los propios vecinos de Robledo definen como “un secarral a plena solana” de brezales y escobonales. Los mastines y los perros careas son animales de “trabajo” literal, mantienen a las ovejas a raya. Algunas pequeñas vaguadas arboladas en la zona del vivero forestal de Robledo brindan algo de refresco “y se agradece” para estos “últimos ejércitos de Don Quijote”.

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GALERÍA | 4.000 ovejas trashumantes cruzan Sanabria Araceli Saavedra

El río de ovejas tiene que cruzar el estrecho paso de la vía del tren. “No entiendo cómo se hicieron estos pasos tan estrechos”, dice uno de ellos. Les llama la atención que ahora han pasado pocos trenes, un mercancías y el regional, hasta que reparan que el tráfico ferroviario está en extinción en la vía “vieja”. Al menos otros tres pasos de tren han tenido que cruzar con cuidado para que el rebaño no se amontone y se asfixie.

En Ungilde, la cañada delimitada por las paredes de piedra está impracticable. Unos ganaderos locales, que están pendientes de su cruce, le facilitan el paso por unos prados contiguos a la vía pecuaria, aunque con cuidado de que las ovejas no se disgreguen por todo el pastizal reservado para las vacas.

Son las 10:30 de la noche cuando pastores, ovejas y perros, sin olvidar al burro, cruzan la carretera de Puebla a Ungilde con la colaboración de dos jóvenes ganaderos locales, para pernoctar en los terrenos junto al repetidor, cerca de la estación de Puebla.

Con la fresca, nada más amanecer el martes, vuelven a ponerse en marcha y cruzar la villa a primera hora cuando los turistas todavía están durmiendo y los establecimientos comienzan a preparar la jornada. El paso es bastante ligero “gracias a que no hace todavía calor, que si no las ovejas ni se mueven”, comenta Tomás. En esta ocasión cuentan con la presencia de dos patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Municipal para retener el tráfico en los cruces y rotondas en uno de los tramos más complicados.

VÍDEO | Miles de ovejas alistanas llegan a Puebla de Sanabria

VÍDEO | Miles de ovejas alistanas llegan a Puebla de Sanabria Rosana Rodríguez

Asimismo, cuentan con la colaboración de otro joven ganadero de San Justo, Alberto Méndez. Charlan de cosas cotidianas como el estado del pasto arriba o el precio de los botes de pintura para marcar los animales y poder diferenciarlos.

Los animales tienen que transitar por un tramo de la carretera del Lago, desde el cruce del polígono de Castellanos hasta la traza de la línea de Alta Tensión, sorteando la autovía A-52. Las infraestructuras han contribuido negativamente a la fragmentación del territorio.

El principal problema es el estado del cordel sanabrés que, a golpe de BOE y competencias, obliga a las administraciones a su limpieza y a evitar cortes e invasiones. “Todavía hay que subir a Peña Bubela que ya no hay cañada, hay escobas de tres metros y ahí las ovejas no rompen”. Los mastines tranquilotes y tolerantes que se mezclan con las ovejas dejan que vecinos y turistas se acerquen al rebaño para fotografiarlo.

El calor va a apretar por la tarde, aunque tras cruzar Puebla pernoctarán en una finca cerrada de la zona, para emprender el camino a Sampil y cruzar la Plaza del Mercado esta tarde de miércoles.

Tomás García “criticaría muchas cosas, pero ¿para qué? Si no nos hacen caso ni nos ayudan. Tenemos un grupo de WhatsApp y ahí lees los problemas que le ponen a los jóvenes”.