Nuestra historia, la del medio rural, llena de valores y grandezas tiene incongruentes lagunas marcadas por la olvidada gratitud a quienes han escrito sus aconteceres con sonrisas y orgullo, pero también con mucho sudor, sacrificio y lágrimas. Todo lo que fuimos, somos y seremos los alistanos y alistanas, nuestro pueblos, se lo debemos en gran medida a nuestros ancestros, esos padres y abuelos que se dedicaron en cuerpo y alma a su tierra, esa que les vio nacer y morir, como agricultores y ganaderos.

Ser agricultor y ganadero es digno, pero no fácil y eso lo sabemos muy bien quienes somos de pueblo, a mucho orgullo, y desde niños vimos a nuestros padres y madres trabajar de sol al sol, los 365 días del año, para que nunca faltara alimento en la mesa, un traje y zapatos nuevos para el día de la fiesta patronal, dándole vueltas a la cabeza de la anochecida al amanecer, para garantizarnos estudios y un futuro, ellos que se criaron tras la Guerra Civil en tiempos de racionamiento, compartiendo la escuela de la vida con zagales y pastorcillos.

Bajo el colchón de la cama, en el Banco de Castila o en Caja Zamora siempre había un remanente para que el hijo fuera a la Universidad, hasta los setenta un lujo para los hijos de los ricos, a no ser que quisieras meterte a cura o monja. Prestigiosos médicos, arquitectos, ingenieros y periodistas, alistanos y alistanas, son hoy un orgullo para esta tierra, y gracias a sus padres que además de labrar la tierra hubieron ser economistas para cuadrar las cuentas.

Orgullosos estamos de los que se fueron y triunfaron y de quienes se quedaron para ser agricultores y ganaderos, pues ellos son quienes verdaderamente sostienen a nuestros pueblos en tiempos de despoblación rural galopante. Nunca debemos olvidar que las familias de agricultores y ganaderos son el alma, corazón y vida de Aliste, de ellos depende nuestro futuro, ellos son el eslabón de oro de la cadena de la supervivencia y del recambio generacional que garantiza la vida: el día que ellos mueran, también se morirán nuestros pueblos.