Álvaro Poyo Gago, graduado en Historia del Arte, ha sido el elegido por el Ayuntamiento de Alcañices como técnico para potenciar la Oficina de Turismo de la “La Raya” de España y Portugal, ubicada en el antiguo convento de la Orden Tercera de San Francisco, ahora reconvertido en Centro Cultural.

—¿Cuál es la finalidad de la Oficina de Turismo de Alcañices y su ámbito geográfico?

—La principal función es asesorar a todos los visitantes y viajeros de los distintos destinos turísticos, no solo de la propia villa sino de todos los pueblos de la comarca alistana, dándoles el valor que merecen. De esta manera, se les informa con datos documentados, de los monumentos y vestigios de los pueblos que se asentaron en estas tierras, así como de rutas, museos, actividades culturales y de la riqueza de la gastronomía.

—¿Qué datos históricos y patrimoniales nos destacaría de la villa de Alcañices?

—Es el principal centro histórico de la comarca. En Alcañices se asentaron celtas, zoelas, romanos e incluso los árabes, cuyas referencias se pueden ver en la propia espada de la bandera. La villa tiene carácter militar gracias a los Templarios que en el siglo XII la fortificaron con una muralla, de la cual hoy solo quedan cuatro cubos: Tiacañona, La Fuente, Trincherón y Torre del Reloj, siendo uno de ellos el emblema del pueblo, el cual posee el mecanismo de reloj del siglo XIX. Uno de los hechos más reconocidos es el Tratado de Alcañices del 12 de septiembre de 1297, por el que se instaura la paz entre los reinos de Castilla y Portugal. En este, se estableció el acuerdo matrimonial entre Fernando IV y doña Constanza y se delimitó la frontera entre ambos reinos, la cual aún hoy perdura como una de las más sólidas de Europa. En 1997 se conmemoró el séptimo centenario siendo alcalde Tomas Carrión, acto que pasará a la historia ya que fue presidido por el rey don Juan Carlos y el presidente de la República de Portugal, Jorge Sampaio.

—Aliste es una comarca rica en tradiciones y costumbres. ¿Qué destacaría de ellas?

—Por un lado el folclore y el traje tradicional alistano que tienen gran repercusión a nivel provincial y estatal y que perdura hoy en día más fuerte que nunca. Por otro lado, la caza y la pesca también son muy comunes ya que poseemos una gran variedad de especies que nos brinda tanto la sierra de la Culebra como los propios montes y bosques de la comarca y nuestros ríos. Pero no solo eso, las tradiciones también se pueden apreciar en la rica y variada gastronomía, en las fiestas y festejos de los pueblos donde se hace evidente el patrimonio popular como las mascaradas o los gigantes y cabezudos, la Semana Santa donde la capa parda alistana de honras y respeto recobra su interés, en la micología, ya que Aliste es una de las zonas con mayor riqueza de setas de Europa y que se pueden coger tanto en primavera como en otoño; la recogida de castañas y, como no, en invierno la matanza, quizá una de las tradiciones que poco a poco se ha ido perdiendo, pero que todavía no ha desaparecido Del románico se conserva la portada de la iglesia de la Virgen de la Asunción, aunque el resto de la construcción es de época barroca, al igual que los retablos del interior. Cuando la villa se convierte en Marquesado de Alcañices (XVI al XVIII) adquiere gran importancia el nombramiento de don Francisco Enríquez de Almansa por Carlos V. De esos tiempos se conservan la iglesia de los franciscanos, convertida en santuario de la Virgen de la Salud, patrona de la comarca de aliste. El palacio de los marqueses es hoy residencia de la tercera edad.

—Háblenos un poco de la gastronomía y de los magníficos productos de la tierra

—Creo que algo que no se puede obviar es la carne y el chuletón de Ternera de Aliste con Indicación Geográfica Protegida o la carne de cordero, ambos extraídos directamente de las ganaderías alistanas, cuyos dueños se esmeran día a día por cuidar y tener los mejores ganados. Además, estas carnes se pueden comer en cualquier restaurante de la zona, junto a otros manjares propios y elaborados, como los embutidos, hornazos, miel, setas y pan, acompañados de buen vino. En cuanto a los dulces hay que resaltar los borrachos de Alcañices, las flores fritas de carnaval, la tarta de san Marcos, los churros, ademas de los postres caseros que se elaboran y a los que nos se puede nadie resistir.

—¿Qué actividades piensa programar con vistas al verano?

—El inmueble tiene tres reconocimientos, uno de ellos es el de la Oficina de Turismo, otro es el de Centro Cultural y por último Biblioteca Pública. Como oficina de turismo me gustaría marcar, señalar y difundir una serie de rutas que quiero llevar a cabo junto a la gente del pueblo, con la colaboración del Ayuntamiento. Además, acabo de sacar en colaboración con un gran amigo, un video promocional que lleva por nombre “La Villa de Alcañices”, a través de Instagran, Facebook y Youtube, en que se fusionan arte, cultura y música electrónica. Me gustaría seguir haciendo este tipo de documentales en otros pueblos de Aliste en los que la gente participe y colabore. Tengo en mente una propuesta, la búsqueda del tesoro, pero está pendiente de elaboración.

—¿Pueden las nuevas tecnologías ayudar al turismo en tierras alistanas?

—Por supuesto. En el siglo XXI en el que estamos creo que es una herramienta esencial y primordial. Tenemos un producto rico y variado, sólo hace falta venderlo y qué mejor que a a través de las nuevas tecnologías que nos brindan su difusión. Por ello, trabajo a través de ellas y desde ellas, asesorando e informando a todas aquellas personas que desean venir.

—Se habla mucho de la despoblación rural. ¿Cuáles cree usted que podrían ser las líneas a seguir para asentar población?

—Vivimos en una zona privilegiada, tranquila y con recursos. Creo firmemente en que todo parte desde la creación de puestos de trabajo y el apoyo al emprendimiento para los jóvenes. Por otro lado, habría que diversificar distintos sectores económicos para atraer empresas y defender y proteger firmemente a las que ya tenemos aquí, así como a los autónomos. Antes hablábamos de las tecnologías como un recurso primordial: la situación de la pandemia ha hecho que estas tengan que ir en aumento, por ello y aunque en Alcañices ya las posee, habría que mejorar en otros lugares esas tecnologías de las que muchos pueblos carecen y a través de las cuales se puede estudiar o trabajar.

—A veces la burocracia es otro gran problema.

—Se habla en términos como despoblación o éxodo rural y es cierto que los estamos sufriendo, pero sería conveniente actuar a través del apoyo gubernamental que fomente y ayude a que la gente no se vaya, no solo a través de ayudas que promuevan el trabajo, sino a través de mejoras en la educación o en la sanidad, ente otras. Además también sería conveniente la eliminación inmediata de tantas trabas burocráticas, es decir, que no haya las mismas exigencias en montar en una empresa o un pequeño negocio en un pueblo de Aliste que las que se exigen a las grandes ciudades de España.

—¿De qué nacionalidades o provincias pasa más gente por Alcañices y Aliste?

—La gente viene a buscar tranquilidad, ocio y estar en contacto con la naturaleza saliendo de las rutinas y de las ciudades más grandes. He podido comprobar como hay un aumento de turistas de esas ciudades, como Madrid, San Sebastián o Zaragoza, aunque provienen de todas partes de España. La frontera con Portugal está a escasos kilómetros y el Tratado de Alcañices fue un momento histórico muy importante tanto para ellos como para nosotros, de ahí que haya una gran afluencia de turistas portugueses. Francia también se suma, al igual que Suiza pero en menor medida.

—¿Qué les diría a los turistas para que visiten la comarca de Aliste?

—Que vengan, que se está muy bien. La gente de esta zona es muy acogedora, simpática y extrovertida y hará satisfactoria su estancia. Hay mucho que ver y de lo que disfrutar, solo hacen falta el tiempo y las ganas de venir y hacerlo. Alcañices es un cruce de caminos entre España y Portugal, por aquí pasa la ruta jacobea del “Camino Portugués” de la Ruta de la Plata y estamos a un paso de ciudades lusas como Miranda do Douro, Braganza y Oporto. Aliste es una tierra para conocer y disfrutar de ella.