La información que se proporcionó en el último Consejo de Salud de Sayago “corrobora la pérdida paulatina y progresiva de médicos en nuestra provincia”, valora el Movimiento en Defensa de la Sanidad Pública de Zamora.

Esta Zona Básica de Salud cuenta con 24 municipios que, a su vez, incluyen 35 pedanías, un total de 59 núcleos de población en 1.486 kilómetros cuadrados de extensión, y con una población censada de más de 6.300 habitantes que se incrementa notablemente en los meses de verano, además de en Semana Santa, navidades o puentes.

Esta zona tiene asignados 14 médicos de equipo y cuatro médicos de área. De los 14 médicos de equipo hay tres en baja laboral de larga duración y están sin cubrir otras cuatro vacantes a las que se ha asignado a los cuatro médicos de Área.

En total faltan siete médicos de familia en la Zona Básica de Salud, quedando únicamente 11 médicos de familia para prestar la atención ordinaria desde las 8 de la mañana hasta las 3 de la tarde, mientras que para prestar la atención continuada (2 médicos y 1 enfermera) solo están disponibles siete médicos, al estar exentos de realizarla cuatro médicos de los 11 que quedaban disponibles.

Hasta ahora para cubrir los dos módulos de guardia diarios durante todo el año en la Zona Básica de Salud de Sayago estaba realizando guardias el médico de la residencia de Fermoselle y cinco médicos del servicio de urgencias del Hospital Virgen de la Concha, el primero dejará de hacerlo en julio y los del hospital no podrán realizarlas en la época de verano al tener que cubrir a sus compañeros del hospital que cogen vacaciones.

A esta situación de precariedad se suma que, de los 11 médicos disponibles, tres están reenganchados, es decir han llegado a la edad de jubilación y se mantienen en activo por voluntad propia, pero pueden en cualquier momento jubilarse definitivamente.

Ante esta falta de profesionales se dejará de prestar la atención continuada con dos médicos y se pasará a que diariamente para todo Sayago solo quede un médico de guardia desde las tres de la tarde a las ocho de la mañana y durante fines de semana (sábados y domingos) excepto algún festivo o puente, como puede ser el 15 de agosto. Tampoco se pondrá una enfermera más de guardia, como se hizo en Sanabria, al menos para que el Centro de Salud permanezca abierto y poder hacer una valoración de enfermería del problema de salud de la persona que acuda, hasta que llega el médico de la asistencia domiciliaria. El argumento es que tampoco disponen de enfermeras en la bolsa de empleo.

Por lo tanto, el Centro de Salud de Sayago permanecerá cerrado mientras dure la asistencia del médico y enfermera en el domicilio a cualquier persona que la precise, como ya había anunciado este diario el pasado jueves. Cuando esto suceda los sayagueses deberán aguardar a la espera a las puertas del centro hasta que llegue el equipo de guardia, algo que a juicio del Movimiento en Defensa de la Sanidad Pública de Zamora “es incomprensible en un Estado moderno y donde los ciudadanos sufragan con sus impuestos el sistema sanitario público”, aseveran desde el Movimiento.

No es solo esta Zona Básica de Salud la que está en esta situación, advierten, porque el déficit crónico de médicos se extiende a toda la provincia, pues faltan por cubrir 33 plazas de médicos de área y tres más de médicos de familia. De los ocho MIR de familia que se han formado en Zamora y que han terminado hace escasas fechas únicamente se han quedado en la provincia tres de ellos, uno ha ido a Sanabria, otro a Benavente y el tercero se ha quedado en la capital.

“Los datos corroboran que el tan manido refuerzo de la Atención Primaria no ha sido más que una declaración de intenciones políticas que quedaban muy bien en el tiempo más duro de la pandemia, pero que no se han traducido en hechos concretos volviendo a las primeras de cambio al discurso de la consejera anterior a la pandemia y anunciando que no puede haber médicos de familia con menos de 500 tarjetas sanitarias”, recuerdan. La plataforma cree que “la consejera de Sanidad pretende consolidar los déficits estructurales basándose en este principio, pero sin tener en cuenta la dispersión de la población en el territorio, es decir, reducir profesionales para prestar la asistencia “de la mejor forma posible”, según su colega Igea”.

Al plan de Aliste se suman ahora las consultas por videoconferencia y la petición de cita presencial, lo que en opinión de este significa dar pasos para “hacer desaparecer la figura del médico de “cabecera” y de la Atención Primaria tal y como las hemos conocido”.

El nuevo modelo, insisten, significa en la práctica “que junto a la disminución del número de médicos hay un aumento de la burocratización de la asistencia”. Frente a este plan, el movimiento por la sanidad pública recuerda que “nuestro actual modelo de Atención Primaria es directo y evita pasos intermedios innecesarios, lo único que necesita es un dimensionamiento de recursos humanos adecuado y que ha sido diezmado por tantos años de recortes”.