Vecinos de Sotillo de Sanabria recogieron más de 300 firmas de adhesión entre los senderistas que este fin de semana se acercaron para hacer la ruta de la Cascada. Una adhesión generalizada de los visitantes a la reclamación vecinal de mejoras y servicios para el pueblo que contó con la comprensión y la rúbrica de la mayoría de los visitantes. Más de 200 firmas se recogieron el sábado desde las ocho de la mañana, el día de mayor afluencia en general, y otro centenar largo el domingo, el día con algo menos de afluencia. Casi la totalidad del pueblo, tanto empadronados como residentes de larga estancia, ha respaldado los escritos remitidos al Ayuntamiento de Cobreros, a la Diputación provincial y la Junta de Castilla y León por estar dentro del Parque Natural del Lago de Sanabria y Sierras Segundera y de Porto.

“Es el pueblo más turístico” de todo el municipio y una de las rutas del parque de las más visitadas. La imagen contrasta con la falta de mejoras empezando por las calles. “Está de pena la calle” comenta uno de los turistas mientras firma las hojas. A medida que se solicita la firma las dos voluntarias van informando de los problemas que tienen en el pueblo. Entre los firmantes vecinos de Zamora, Benavente, Madrid, Ávila, una familia de Palencia, un matrimonio con familia de Almería y Alcañices. “Es el pueblo con más agua de Sanabria”, dice uno de los senderistas de este fin de semana pero que vivió y trabajó en el instituto de Sanabria. Los que regresan vuelven encantados, algunos haciendo la ruta circular por la laguna. “Mucho ánimo” desean algunos, “luchad por los vuestro”, aconseja otro de los firmantes.

A grandes rasgos, además de la carretera de entrada, se aprecia baches y agujeros en las calles del pueblo más céntricas. “Vienen del Ayuntamiento cuando hay alguna avería, abren la calle y la dejan ya peor que estaba provocan baches nuevos. Esto necesita no un bacheado sino una capa nueva” argumenta uno de los vecinos que con su presencia apoya la recogida de firmas.

Un joven firma apoyado sobre el techo de un coche. | A. Saavedra

La plaza que es el escaparate del pueblo está rodeada de maleza, un verde que impide ver que donde termina el cemento hay un caño de riego, de donde ya se han tenido que rescatar más de dos y tres coches que al no ver el agujero, entran con las ruedas por delante.

El mismo sábado, una vecina que estaba en la plaza presenció como un conductor casi cae en la trampa. Colocó un par de hierros y unas cuerdas de alpaca, a falta de un vallado acorde con el entorno. Mejorar el estado de la plaza y preservar el crucero, que se ha desmontado de unos cuantos porrazos de vehículos, urge para dar espacio para los vehículos, autocares y caravanas que intentan en vano estacionar. Los turistas, por su parte, están pendientes de que no caiga nada encima de los coches, por el estado de algunas casas.

A las doce de la mañana todos los huecos libres están ya ocupados, hasta la rampa para entrar a la iglesia. A veces estacionan delante de puertas de casas y garajes para malestar de los vecinos. “Si pasa algo aquí no entra una ambulancia porque no tiene donde dar la vuelta” se lamenta una de las residentes. Una autocaravana da vuelta con dificultad en la plaza para buscar hueco cerca ya de la ermita, a la entrada del pueblo.

Una autocaravana da la vuelta con dificultad en la plaza buscando aparcamiento. Araceli Saavedra

De las calles hay que pasar al subsuelo, el abastecimiento de agua es un problema. Las tuberías y captaciones tienen tres décadas y “no se han preocupado del mantenimiento” ni de limpiar la captación ni el depósito. Sí es verdad que periódicamente se hace el mantenimiento de la cloración de aguas. En 2015, algunas personas comenzaron a mandar al Ayuntamiento de Cobreros los primeros correos comunicando el deterioro del pueblo, el pueblo más turístico del Ayuntamiento.

“Este Ayuntamiento recibe dinero por estar en el Parque Natural pero no sabemos dónde va” exponen varios vecinos. Y ahora que se habla de “parques” el pueblo carece de un parque infantil, de un parque para los mayores, ni pista de juego alguno, ni de fútbol. “No queremos ser más que Barrio -el pueblo del alcalde- pero tampoco queremos ser menos”, afirma uno de los afectados. Unos asientos para descansar “aunque sean con el palo de una viga. Algo donde poder sentarse” sobre todo tras la camina de tres horas ida y vuelta. Es que en Barrio se ha hecho todo lo que no se ha hecho en las otras 12 pedanías del municipio. Hace falta hasta un pequeño punto de información turística. “Nos tiene manía” sentencia el vecino.

Los vecinos se encargan de ir limpiando el pueblo, ahora se está limpiando la maleza calle arriba. Cuando salen de paseo siempre llevan alguna bolsa para recoger la basura que algunos tiran en la calle. Un niño que va a hacer la ruta busca una papelera para tirar algo y solo tiene los contenedores. Otra turista sale con la emergencia de tener que buscar un baño, que le ofrece una vecina en su propia casa. Los vecinos hacen además de guías turísticos y de tratar de orientar bien a los visitantes para que tomen el camino de la derecha pasado el segundo puente porque en la encrucijada de tres caminos y pese a estar señalizado “se pierden y no llegan a la cascada”.

La estrechez propia de las calles en un pueblo de montaña complica a veces el tránsito de dos vehículos, máxime si hay estacionados coches a ambos lados. Para eso también hay solución. Como consecuencia de la expropiación de fincas para acometer el saneamiento de Sotillo a la red que desemboca en la EDAR de El Puente (en el término de Castro) hay terrenos para mejorar la calle de La Faceira y dejar cada uno de los accesos de un solo sentido único. Una entrada y otra de salida.