Los guardas de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en la comarca forestal de la Alta Sanabria han retirado dos trampas para animales colocadas por cazadores furtivos en un coto de caza de la zona.

Se trataba de dos lazos de metal que fueron hallados gracias a la colaboración ciudadana en un lugar de habitual paso de la fauna. El material retirado y el informe abierto serán remitidos al Servicio Territorial de Medio Ambiente, que determinará si los gestores del coto tienen algún tipo de responsabilidad sobre estos hechos.

Los dos lazos fueron hallados en una zona de habitual paso de animales y ambos están elaborados con cable del mismo material y del mismo grosor. La oxidación que presenta uno de los dos lazos hace pensar que la colocación de esa trampa no fue reciente, ya que el metal podría llevar bastante tiempo expuesto a la humedad.

A continuación, los guardas recorrieron otros pagos cercanos buscando más lazos colocados en la zona para atrapar animales, pero no se halló ninguno más.

Este tipo de trampa es uno de los métodos ilícitos para cazar animales más empleados aún por parte de los furtivos en la provincia de Zamora. Su uso puede acarrear fuertes sanciones en virtud de la normativa cinegéticas y de la legislación que protege la biodiversidad.

Quienes emplean este método ilegal suelen colocar los lazos en lugares “marcados” por la fauna o en zonas frecuentadas por los animales, como riberas o en los alrededores de fuentes de agua. En ocasiones llegan a cortar el paso de forma artificial con ramas u otras barreras para “forzar” a la fauna a pasar sobre la trampa, que se cerrará si un animal introduce una extremidad en el lazo y empuja el resto del cable al intentar seguir avanzando.

En este tipo de trampas pueden quedar atrapadas no solamente especies cinegéticas, sino cualquier tipo de animal, algunos de ellos protegidos. En ocasiones quedan atados por una pata y otras veces por el morro, o incluso en el caso de pequeños mamíferos por el abdomen. Se han encontrado garduñas y otros mustélidos asfixiados al verse su cuerpo estrangulado por lazos metálicos colocados por el hombre. Los animales de mayor tamaño, como corzos, ciervos o lobos suelen quedar atados por la pata, y a veces se autolesionan al intentar zafarse del lazo, o son devorados por depredadores antes de que al furtivo le de tiempo a volver al lugar de los hechos para cobrarse la presa. Tampoco es habitual que estas trampas afecten a animales domésticos, especialmente a perros.

En cuanto a los jabalíes, se han hallado ejemplares atrapados tanto por una pata como por el morro. Si el jabalí sigue vivo, acercarse al animal suele ser peligroso ya que defienden su vida hasta el último aliento.

En años pasados, los guardas de la Alta Sanabria han llegado a encontrar también cepos, otro método ilícito de caza prácticamente en desuso ya que incluso la tenencia de este tipo de artefactos está penada y castigada con graves sanciones por el peligro que suponen no solamente para los animales, sino también para las personas. Estas trampas se cierran al pisar sobre ellas atrapando la pata, o la pierna de un humano, causando graves heridas e incluso la muerte.

En cuanto al uso de lazos en Sanabria, en los últimos años se han hallado en diferentes municipios y en todas las estaciones del año. En la primavera se encuentran más, por los pescadores que bajan a los ríos o por los propios guardas que ejercen labores de control de la pesca en estos entornos. En otoño se han hallado este tipo de trampas ilegales en castañares, ya que estos frutos suelen atraer a los jabalíes por las noches.