Lee aquí el comunicado íntegro del Movimiento por la Sanidad Pública en Zamora. El colectivo ha leído este texto a las puertas de la delegación de la Junta en Zamora:

El silencio que nos impusimos durante la pandemia  nos ha servido entre otras muchas cosas para concluir que el Covid 19 es la coartada perfecta para avanzar en un modelo de gestión de la asistencia sanitaria en la que cada vez se abren más espacios a la sanidad privada. . Ahí están las estadísticas para confirmarlo: en Castilla y León se ha disparado el crecimiento de la sanidad privada aprovechando el imparable crecimiento de las listas de espera y los problemas de las personas para acceder a los servicios sanitarios públicos.

 ¿Dónde quedan las promesas de refuerzo de los servicios sanitarios, tanto en atención primaria como en atención especializada, cuando a lo que asistimos es a una reducción de profesionales sanitarios, que se viene manteniendo desde la anterior crisis económica?

Sirva de ejemplo la falta de pediatras en muchas zonas básicas de nuestra provincia, falta de pediatras a la que la Consejera no da solución de futuro.

 Desde que se inició la pandemia nuestra Comunidad ha recibido cantidades ingentes de recursos de los Fondos no reembolsables y del Plan de reactivación económica de Castilla y León, que no se han traducido en una mejora de la gestión ordinaria de la sanidad pública, ya que seguimos con los conciertos y derivaciones a la sanidad privada engordándola a cuenta del adelgazamiento de la gestión pública, como si nada hubiera ocurrido. Hace tan solo unas pocas semanas lo pudimos comprobar con una derivación de procedimientos por valor de mas de 600. 000 euros al Hospital Recoletas, en una provincia donde con menos de 170.000 habitantes contamos con  tres Hospitales públicos.

 Cierto es que las consecuencias de esta realidad las estamos padeciendo todos. Desde el cierre de los Consultorios y el blindaje que se hizo a los Centros de Salud, el mundo rural y el urbano se han sentido doblemente discriminados, olvidados e injustamente tratados, con un acceso restringido a los servicios al no haberse marcado directrices desde la Consejería para que se gestionara la asistencia en los Centros mediante vías diferentes para el COVID 19 y el resto de patologías y dejando a los Centros y a los profesionales la responsabilidad de la misma.

también en la vacunación los ciudadanos de nuestra provincia están sufriendo unos desplazamientos hasta la capital o Benavente por nadie explicados, cuando en otras provincias de nuestra Comunidad han habilitado puntos de vacunación por toda su geografía u otras como Soria han utilizado la red de Centros de Salud para hacerlo.

La ausencia de consultas presenciales y los mecanismos alternativos como la consulta telefónica han provocado la sensación de soledad y abandono, la dificultad en los diagnósticos y el retraso en los tratamientos, echando en manos de la sanidad privada a todos aquellos que la urgencia en resolver su problema de salud les acuciaba.

Para más irritación, la Consejera ahonda en que la consulta telefónica se va a consolidar después de la experiencia de este año de pandemia. La Consejera no puede considerar que el teléfono sustituya el acto médico tradicional, debe de dar un giro de 180 grados y reorientar su gestión sanitaria hacia la verdadera atención presencial.

A todo esto se avecina un cambio en la prestación de la asistencia sanitaria en el mundo rural, pero nadie está preguntando a los verdaderos protagonistas, la gente que vive en los pueblos, cuál son las necesidades o carencias que tienen, incluidas las de la asistencia social, las residencias, y ese largo etcétera de problemas que conforman su realidad diaria.

Precisamente por eso desde el Movimiento en Defensa de la Sanidad Pública de Zamora, en clara sintonía con la Plataforma Rural proponemos frente a un modelo de gestión economicista de la sanidad pública, un modelo sociosanitario que integre la asistencia sanitaria y la atención social en todas sus vertientes y con una adecuación presupuestaria a las necesidades reales que origina la dispersión y el envejecimiento endémicos que padecemos en nuestra Comunidad Autónoma. 

El actual modelo de gestión sanitaria nos lleva a seguir ahondando en la reducción de profesionales y medios, por lo tanto urge un nuevo modelo donde la gestión pública sea el destino de todos los recursos disponibles para revertir el deterioro imparable de la asistencia sanitaria.

Los ciudadanos de esta tierra demandamos a la Consejera rigor en sus decisiones, criterios claros en la gestión de futuro de la atención primaria, planificación que no puede basarse en función del número cada vez más reducido de profesionales en las Zonas Básicas de Salud. Todo ello viene a demostrar su falta de solvencia, máxime, cuando de esa ausencia de modelo se derivan graves consecuencias para la salud de todos nosotros.

Exigimos a la Consejera de Sanidad que defina claramente cuál es su modelo de gestión sanitaria pública. ¿Hasta cuándo debemos esperar?