La drástica reducción de peregrinos durante los últimos meses de pandemia ha venido acompañada de una merma de ingresos casi total para los establecimientos dedicados a alojar a los caminantes que realizan la ruta jacobea de la Vía de la Plata a su paso por la provincia. Los albergues municipales permanecen cerrados desde el comienzo de las restricciones sanitarias y los de titularidad privada que han decidido abrir sus puertas tras el cierre obligado durante los meses de confinamiento han encadenado varios meses en blanco, sin recibir ni un solo peregrino.

Este es el caso del albergue turístico Torre de Sabre, en el Cubo del Vino, el único que permanece abierto en la localidad. Este alojamiento no recibió ningún caminante durante los meses de diciembre de 2020, ni en enero y febrero de este año, aunque desde marzo ha comenzado a recibir un tímido goteo de visitantes. Llama la atención que dentro de este reducido número de huéspedes haya peregrinos extranjeros, a pesar de las restricciones sanitarias.

Los alojamientos de peregrinos de la Vía de la Plata, contra las cuerdas por la pandemia

Este establecimiento forma parte de la Asociación Caminos Vía de la Plata, formada por 80 establecimientos de toda España, de los que 14 se encuentran en Zamora. Su presidente, Filiberto Hernández, admite que “la pandemia nos ha afectado mucho económicamente, aunque no hemos tenido ingresos, teníamos que pagar gastos fijos como la Seguridad Social o la cuota de autónomos, así como el agua o la luz”. En todo caso, destaca la ayuda que la mayor parte de los pequeños autónomos están recibiendo para sufragar estos gastos y se muestra esperanzado sobre las perspectivas de cara a los próximos meses “porque parece que empieza a haber movimiento y creemos que a finales de mayo se reactivará bastante el paso de peregrinos”. En este sentido recalca el potencial de la ruta jacobea de la Ruta de la Plata como reclamo turístico en una franja geográfica tan afectada por la despoblación como la provincia zamorana.

La localidad de El Cubo del Vino también cuenta con otros dos albergues, uno municipal y otro también privado, que permanecen cerrados. Este último encadena ya ocho meses de inactividad y aunque su propietaria, M T, descarta un cierre definitivo, asegura que “es muy difícil volver a abrir con todos los requisitos sanitarios que nos exigen, como disponer de una habitación específica para posibles personas contagiadas”. Por ello confía en volver a abrir sus puertas “cuando la situación se aclare un poco y haya más gente vacunada”.

El aumento de la afluencia de peregrinos supondrá un respiro no solo para los alojamientos, sino también para los negocios de restauración situados a lo largo de esta vía jacobea a su paso por la provincia zamorana.