“Llevo desde los 14 años grabando a los viejos y nunca había tenido esta sensación. Es mucha la confianza que tengo con mis informantes, pero esa calma y relajo, sin cámaras, solo con la grabadora y los pinceles, ha sido una experiencia increíble”. Lo cuenta José Luis Gutiérrez. El Guti gaitero, cantador, bailador, narrador de historias se echa a un lado para presentarse por primera vez en este trabajo como relator de historias de vida.

Veinte testimonios y cincuenta acuarelas dan contenido al libro “Cuaderno de últimas voces”, una composición de palabras e imágenes “fruto de un viaje a lo cotidiano, a la vida sencilla y a la memoria de las gentes de la Raya, la tierra fronteriza del oeste, palabras y memoria al borde del olvido en un entorno que se extingue”.

Acuarela de vacas de Porto realizada por Leticia Ruifernández Leticia Ruifernández

Así lo describen José Luis Gutiérrez y la madrileña Leticia Ruifernández, arquitecta de formación, pintora, ilustradora y narradora a través de sus cuadernos de campo, que por primera vez dibujan a los resistentes de frontera. En palabras de Julio Llamazares, autor del epílogo, “los últimos moradores de unas aldeas que, por haberse quedado al margen del desarrollo, conservan los últimos vestigios culturales y lingüísticos de un mundo fronterizo y ancestral que está desapareciendo en este momento aventado como los vilanos por el irresistible viento de la homogeniezación”.

Esa conjunción de voz y acuarela ha aflorado vivencias fascinantes, testimonios de hombres y mujeres del poniente zamorano y leonés, a los que pone cara y contexto el trazo de la ilustradora. Rostros y paisajes con los que se han sentido identificados cada uno de los personajes de este trabajo. De todos ellos, seis ya se quedaron en el camino, y son su familiares quienes, emocionados, se aferran a este legado imborrable. Todos ellos han sido los primeros en recibir “su” libro de la mano de los autores.

“Hemos huido de la anécdota y el estereotipo para contar historias de vida en el más puro estilo, por boca de ellos. Después de tanto recopilar cuentos, canciones... te das cuenta de que la poesía que ellos dicen está palabra por palabra en cómo te cuentan las cosas” describe el etnógrafo zamorano.

Dominica Carracedo junto a su hija Guadalupe en Porto, cuando recibió el libro José Luis Gutiérrez

“Cuaderno de últimas voces” es un viaje necesario al genuino y auténtico territorio “rayano”, que José Luis y Leticia han recorrido, grabadora y pincel en mano, dejando un legado para las generaciones venideras. Pues estamos ante los últimos héroes que han decidido aguantar en su sitio, como los árboles. “Aquí nací, aquí me quedo y aquí han de enterrarme” les cuentan. “Los últimos balbuceos de una cultura, la de la Raya” en palabras de Julio Llamazares.

“Llevo toda la vida escuchando, y los etnógrafos lo vienen diciendo desde el siglo XIX, que esto se acaba. Pero es que ahora tenemos la última generación que se crió sin tele, sin luz eléctrica. Eso ya no va a volver a ser” reflexiona José Luis Gutiérrez. “No es que se mueran los de tu generación, es que se mueren los que te entienden” confía Prudencia Garrote, sayaguesa de Monumenta, a los autores.

El trabajo es también toda una experiencia para Leticia y José Luis (por ningún lado aparece Guti), que no se conocían de nada hasta que coincidieron en uno de los encuentros de animación a la lectura organizados por la asociación “Pizpirigaña” en Arenas de San Pedro. “Estaba yo en uno de mis talleres de escuchar viejas, cuando se me acercó Leticia y me dijo, quiero pintar a las viejas cuando hables con ellas. Dije, a ver... Pero cuando me puse a mirar lo que hacía, me pareció muy interesante”.

Reconocida con premios nacionales e internacionales, entre sus cuadernos de viaje y de campo la ilustradora es autora, por ejemplo, de “Yo voy soñando caminos”, un recorrido por los lugares que fueron importantes en la vida de Antonio Machado, con selección de textos del poeta realizada por Antonio Rodríguez Almodóvar y epílogo de Llamazares, quien también cierra “Cuaderno últimas voces”.

Prudencia Garrote viendo el libro en la página donde aparece su ilustración José Luis Gutiérrez

José Luis Guitérrez en seguida se dio cuenta de que era la liga perfecta para armar este libro fundamental, por el que transitan recuerdos sobre la alegría y la dureza de la infancia, la mocedad, el amor, las miserias del hambre y de la guerra, el contrabando, los miedos, las brujerías, la soledad. “Son historias pequeñas, a veces cómicas, a veces terribles, líricas o radicalmente hirientes las que, entendidas de manera coral, explican eso que llamamos cultura, modo de vida” cuentan los autores en el prólogo.

Un relato virgen, en primera persona. “Y qué coños quieres que te diga más si no se más, que para bailar la jota ya no estoy” espeta Rosa Olivera con sus 94 eneros.

Rogelio Carracedo pintado por Leticia Ruifernández Leticia Ruifernández

El libro ya está a la venta y los autores lo presentarán públicamente el 28 de mayo en el Museo Etnográfico. También el 25 de junio en Fermoselle y en la Feria del Libro.

Este es el recorrido de “Cuaderno de últimas voces” y sus protagonistas: Robledo de Sanabria (Maruja Domínguez), Nuez de Aliste (María Méndez), Fresnadillo (Felipe Lorenzo), Gáname (Ángel Sastre y Leonardo Sastre), Cibanal de Sayago (Domingo Carvajal), Fermoselle (Cristino Xavier Miranda), Pinilla de Fermoselle (Pepe y José Luis Píriz), Pombriego y Silván, León, (Edilberto Rodríguez y Dictino García), Fornillos de Fermoselle (Dolores Sastre), Monumenta (Prudencia Garrote), Sejas de Aliste (Rosa Olivera), Villaseco del Pan (Josefa Marcos y Miguel Martín) y Porto (Enrique y Dominica Carracedo, Rogelio Carracedo y Rafaela Alonso).