En varios pueblos de Zamora la juventud erigió los mayos en un ambiente muy diferente, menos festivo de lo que se acostumbra en esta tradición en la que los quintos cierran un ciclo de sus vidas.
En 2020 el confinamiento impidió siquiera levantar el mayo en la mayoría de las localidades, y la posterior suspensión de las fiestas patronales eliminó otras tradiciones relacionadas con “los quintos”, que tendrían que haber protagonizado los nacidos en 2002.
En el caso de Villaralbo, el imponente tronco se alzó gracias a los quintos Liliana, Javi, David, Hugo, Alejandro, Lucía, Marina, Laura, David y Álex.
En Villanueva de Valrojo no se levanta un mayo sino varios. Igual que suelen hacer en carnavales, los vecinos tiran de retranca para poner algo de humor a la actualidad, en este caso a través de los espantapájaros que cuelgan en distintos rincones de la localidad. La vacuna del coronavirus ha sido una temática muy repetida en 2021.
En Tierra de Campos, los pueblos más pequeños celebran la romería del Primero de Mayo, en la que los vecinos de Prado y de Quintanilla del Olmo intercambian alcaldes, iglesias e imágenes de devoción tras hermanarse a mitad de camino. La pandemia ha obligado a suspender la romería y la mayoría de actos, solamente la decoración de la fachada del Ayuntamiento de Prado o las campanas de las iglesias llamando a misa recordaban que era fiesta.