Han pasado trece años desde que la entonces consejera de Medio Ambiente de la Junta, María Jesús Ruiz, proclamara en Badilla de Sayago que “en 2011 todos los pueblos del Parque Natural Arribes del Duero tendrán depuradoras de aguas”. Hoy la gestión de los vertidos de aguas residuales en el Espacio Protegido, bendecido también con la figura de Reserva de la Biosfera Meseta Ibérica, sigue siendo una asignatura pendiente. El Plan Nacional de Calidad de las Aguas: Saneamiento y Depuración 2007-2015, que define el reparto de las actuaciones a ejecutar por parte de la Administración General del Estado y de la Junta dentro del ámbito geográfico de la Cuenca del Duero, es también papel mojado en lo que se refiere al compromiso adquirido por el Gobierno central de ejecutar las obras que le corresponden el Parque Natural de los Arribes del Duero.

Anuncian y olvidan. Y entre tanto los ayuntamientos se enfrentan a sanciones de no escasa cuantía por vertidos ilegales. La última, el de Fermoselle en concepto del “canon de control de vertido no autorizado”, por una cuantía de 17.546,14 euros. En abril de 2019 la Confederación Hidrográfica del Duero resolvió revocar la autorización de vertido otorgada al Ayuntamiento fermosellano para efectuar el vertido de aguas residuales al regato Olivicos o Arroyo del Piélago, dejándola sin efecto.

Como consecuencia de ello la CHD ha procedido a la liquidación del canon de control de vertido no autorizado durante el periodo comprendido entre abril de 2019 y diciembre de 2020. El Ayuntamiento de Fermoselle ha presentado un escrito de alegaciones donde hace constar que “se nos pretende castigar sin culpa alguna”, pues quien es competente en la solución del problema de los vertidos mediante la construcción de una Estación Depuradora de Aguas Residuales es la Administración General del Estado, a quien está asignada la obra. Y a quien “en numerosas ocasiones nos hemos dirigido para conocer la tramitación del expediente de construcción de la depuradora, sin respuesta alguna”.

El Ayuntamiento de Fermoselle apela también a la Directiva Comunitaria que obliga a los estados miembros a disponer de un saneamiento y depuración adecuado en todas sus aglomeraciones urbanas antes del 1 de enero de 2006. La transposición al ordenamiento jurídico español establece un marco comunitario de actuación en política de aguas, que en síntesis se concreta en el mantenimiento y mejora de la calidad del medio acuático, con medidas de control de las captaciones y vertidos alcanzando el buen estado de todas las masas de agua en el año 2015.

Presupuesto de 2,3 millones

A ello se suma la inclusión de Fermoselle en el Parque Natural de Arribes del Duero, cuya depuración es una actuación asignada al Estado y, por tanto, es competencia del Ministerio para la Transición Ecológica, como se establece en el Plan Nacional de la Calidad de las Aguas. Y la propia Confederación recoge en su página web las actuaciones en Arribes del Duero “por importe de 2.380.000 euros”.

“Entendemos que se nos pretende castigar sin culpa alguna, ya que tampoco está en nuestras manos, por la falta de medios de depuración y saneamiento, que desde este Ayuntamiento venimos exigiendo ” precisa el escrito de alegaciones. Y abunda en que este municipio “se ha visto relegado a favor de otros que sí fueron contemplados más tempranamente en los planes de ejecución” de depuradoras.

José Manuel Pilo, alcalde de Fermoselle

El Ayuntamiento dice encontrarse “con la paradoja que ahora se nos está liquidando este canon y se nos requiera para el cese del vertido, aplicando un tratamiento de depuración adecuado, por la Confederación Hidrográfica del Duero, cuando ha sido ella misma y los acuerdos con otras Administraciones, los que han hecho que nuestro municipio no disponga todavía de planta de tratamiento EDAR”.

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Por todo ello considera “inmoral e ilegítimo” el cobro del canon de vertido. Y así lo ratifica el alcalde de Fermoselle, José Manuel Pilo, quien apunta al Estado “como primer responsable por no cumplir su compromiso de construir la depuradora de aguas residuales”, pero también “a la Junta porque no debe olvidarse de que estamos en un Parque Natural y el propio Plan de Ordenación especifica que debe realizarse el tratamiento de las aguas. No puede ser que, después de tantos años, un Espacio Protegido siga teniendo este punto negro”.

Pilo aprovechó la reciente visita del vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, a Fermoselle para instalarle a “que muevan los hilos y hagan cumplir la normativa del Parque Natural. Consciente de los nulos resultados a los reiterados requerimientos al Gobierno para que ejecute de una vez la obra, el alcalde asegura que “se acabaron los paños calientes, si hay que presentarse en la sede de la Confederación en Valladolid lo haremos. No puede ser que el propio organismo que no cumple nos imponga encima sanciones”. Mientras, el Duero, monumento natural por excelencia del Parque y de la Reserva de la Biosfera, sigue recibiendo los vertidos de las aguas residuales.