Determinar si hay presencia de gas radón en Arcenillas o si, por el contrario, la localidad está libre de este elemento, considerado la segunda causa de cáncer de pulmón. Este es el objetivo de la instalación de un aparato de medición colocado en una bodega situada en la calle Larga, por considerarse una ubicación idónea al tratarse de en un espacio bajo tierra y de gran antigüedad.

“En principio, se espera que no se detecten niveles de este gas en nuestro pueblo en base a estudios anteriores realizados en la comarca, pero la nueva medición servirá para despejar dudas”, apuntan fuentes municipales.

Los datos de medición que sean recopilados en Arcenillas serán aportados con el fin de elaborar un mapa territorial de incidencia de este elemento químico. La iniciativa surge de la Consejería de Sanidad a través de la Dirección General de Salud Pública, que pretende medir los niveles de exposición y concentración del gas radón en la comunidad de Castilla y León. En toda la Comunidad se instalarán más de tres mil detectores en viviendas y edificios públicos, de los que 336 se ubicarán en la provincia de Zamora. Junto a Arcenillas, estos aparatos también han sido instalados en numerosas localidades de la comarca Tierra del Vino.

La campaña promovida por la Junta de Castilla y León tiene como objetivo recordar a la población los riesgos que tiene para la salud la exposición al gas radón. Este elemento está considerado la segunda causa de cáncer de pulmón, solo por detrás del tabaco en cuanto a tumores de vías respiratorias, de manera que el riesgo de cáncer de pulmón aumenta proporcionalmente según haya sido el nivel de exposición al radón, interaccionando más aún en personas fumadoras o ex fumadoras, según la Organización Mundial de la Salud.

La ventilación, el mejor aliado

Si bien no hay un umbral debajo del cual su riesgo para la salud no exista, lo cierto es que el radón residencial, el que pueda retenerse en lugares cerrados, considerado la fuente más importante de este gas, es muy fácil de evitar a través de una buena ventilación que evite su acumulación en inmuebles. Por lo tanto, cuanto menor sea la concentración de radón en una edificación, menor será el peligro y, además, es muy sencillo de detectar y cuantificar su presencia.

El gas radón es un elemento químico vinculado a la degradación radioactiva del uranio y está presente de forma natural en suelos y rocas. Su concentración, y por tanto el riesgo para la salud, ocurre en el interior de lugares cerrados, en donde se acumula filtrándose especialmente desde las formaciones geológicas situadas bajo las edificaciones, a través de grietas o huecos en paredes, juntas, desagües o conducciones.