Cuenta Manuel Cangueiro que era el cuarto de nueve hermanos y cuando a los diez años dejó la escuela, ya no volvió. “Siempre he estado con el ganado, hasta cuando me fui a la mili tenía las ovejas metidas en la cabeza”. Primero trabajando como pastor en una ganadería de Escuadro y después con una explotación propia que ahora gestionan sus hijos.

Daniel de 40 años y Manuel de 35 han apostado por el campo y por su pueblo, Almeida de Sayago, municipio que junto al anejo de Escuadro suma cerca de 8.000 hectáreas de terrenos comunales y privados aprovechados por una robusta ganadería extensiva. Los hermanos Cangueiro se encuentran entre los 36 ganaderos, 9 de ellos jóvenes y 5 mujeres, que configuran un sector vital en el medio rural porque genera riqueza y asienta población. Consciente de ello, el Ayuntamiento, presidido por el socialista Miguel Alejo, sitúa a la ganadería extensiva como una prioridad junto a los servicios sociales.

Los hermanos Cangueiro con su padre en la nave de ovejas Nico Rodríguez

Tanto Daniel como Manuel exploraron otras salidas laborales, pero como sentencia su padre, “para valorar lo que hay en casa es mejor probar lo que hay fuera”. Y fue así como retornaron a Almeida y se pusieron al frente de una explotación diversificada entre la agricultura y la ganadería, con unas 800 ovejas de raza churra adscritas a la IGP Lechazo de Castilla y León, y un centenar de vacas de carne de raza avileña.

No quieren acabar ahí. Si algo ha dejado claro el año de pandemia es que la actividad agropecuaria no se puede encomendar a un solo sector. La crisis sanitaria ha golpeado especialmente al ovino, con una caída del precio de los corderos que “ha reducido los beneficios a la mitad con el mismo trabajo”, precisan. “Hemos vivido siempre detrás de las ovejas, pero queremos seguir evolucionando, no quedarnos estancados” argumenta Manuel. La gran apuesta de estos jóvenes productores es una explotación avícola intensiva para la cría de cien mil pollos en dos naves de 2.200 metros cada una, con una inversión de 1,2 millones de euros.

En la explotación extensiva de vacas Nico Rodríguez

Un proyecto ilusionante aunque también el gran quebradero de cabeza de los últimos cuatro años. Circunstancias de la pandemia aparte, con lo que no contaban es con el rosario de trabas administrativas en el camino. “Lejos de facilitarnos el proceso, nos lo han complicado muchísimo. Hemos estado cuatro años a la espera de los permisos de Medio Ambiente, eso nos ha hecho perder las ayudas y encima con penalizaciones. Tanto pregonar que facilitan las cosas a quienes nos quedamos en el pueblo y en el campo, pues a nosotros solo ha sido darnos falsas esperanzas” expresa Daniel. “Cuando una persona joven en un pueblo se lanza de esta manera hay que volcarse con ellos; mis hijos tienen el colchón de la explotación y pueden ir tirando, pero hay mucha gente que no cuenta con eso, esperan, esperan, al final se aburren y se van a trabajar por ahí. ¿Eso es defender esto que tanto dicen de la España vaciada?” se pregunta el padre.

Los hermanos Cangueiro con su padre observan la explanada donde levantarán las naves de pollos Nico Rodríguez

Pese a todo, estos emprendedores miran hacia adelante y empiezan a ver la luz con el ansiado arranque de las obras, “esperemos que antes del verano”, y el amparo de una entidad tan genuinamente zamorana y rural como la Caja Rural. “Si en vez de cuatro o cinco años esto se hubiera hecho en dos ya estaríamos dando dos puestos de trabajo” cuentan mientras observan la gran explanada ya preparada para comenzar la construcción de las dos naves.

“Aquí estamos bien, solo falta que no nos quiten servicios y que Internet vaya rápido, como en la ciudad, y si las cosas van saliendo para adelante seguiremos emprendiendo” cuentan los hermanos.

“El Ayuntamiento siempre va a estar al lado de los ganaderos y de los emprendedores en general, los que creen en el pueblo y se establecen de verdad. Por eso la ganadería extensiva es una prioridad porque es futuro para el pueblo” sentencia el alcalde.