La raza autóctona de asnal zamorano-leonesa cuenta en la actualidad con 1.551 ejemplares y 431 ganaderías activas dentro del Libro Genealógico, distribuídas por 14 comunidades autónomas diferentes.

Por regiones las reses se reparten de la siguiente manera: 1.334 en Castilla y León (796 en Zamora, 124 en Valladolid, 110 en Salamanca, 103 en Palencia, 103 en León, 55 en Ávila, 25 en Burgos, 9 en Segovia y 9 en Soria), 65 en Cantabria, 61 en Madrid, 22 en Asturias, 20 en Andalucía (Cádiz, Granada, Huelva y Sevilla), 18 en Galicia (Lugo y Orense), 5 en Navarra, 4 en Melilla, 4 en Murcia, 3 País Vasco (Álava y Vizcaya), 2 en Cataluña (Gerona), 10 en Extremadura (Cáceres y Badajoz), 3 en Aragón (Teruel) y 1 en La Rioja.

La Asociación Nacional de Criadores de la Raza Autóctona Asnal Zamorano-Leonesa (Aszal) cerró el ejercicio de 2020 con un total de 213 asociados, lo cual supone una caída de 392 con respecto al ya lejano año 2008, cuando eran 612 los ganaderos agrupados.

Aproximadamente el 80% de ganaderos asociados son de la provincia de Zamora y un 20% de otros lugares. Aszal colabora en diferentes proyectos con las facultades de Veterinaria de Madrid y León. Entre sus objetivos está gestionar el Libro Genealógico, censo y marcaje, promoción, mejorar la reproducción y comercialización.

Los ganaderos de la pura sangre no asociados se situaron en 218 (en 2014 eran 408) y los ganaderos colaboradores fueron el pasado año 201 frente a los 271 de hace seis años. De esta manera en su conjunto suman 632 propietarios.

Durante el año pasado se dieron de alta tres ganaderos en Aszal: Emilio Lozano Mayo de Muelas de los Caballeros, José María Santos Gonzalo de Piñuel de Sayago, ambos zamoranos, y Rubén Flecha Bayón, natural de Villanueva del Árbol (León), sumando entre todos ellos 7 ejemplares de pura sangre. En cambio, se dieron baja trece.

En cuanto a las burras nodrizas vivas inscritas en el Libro Genealógico de la Raza Zamorano-Leonesa ascienden a 1.310 frente a las 834 del año 2015. En cuanto a los sementales se ha pasado de los 181 de 2008 a 296 en la actualidad. A 31 de diciembre de 2020 se habían realizado 74 valoraciones morfológicas correspondientes a reses de 32 ganaderos de diferentes provincias: 63 hembras y 11 machos.

En cuanto al número de nacimientos de pura sangre inscritos en el Libro Genealógico sumaron 71, más machos (39) que hembras (32). La mayoría nacieron en la provincia de Zamora: 32 machos y 26 hembras. El resto lo hicieron en Salamanca (7), Ávila (2) y uno en cada caso en Soria, Madrid y Valladolid.

Paseo en burro zamorano-leonés. Chany Sebastián

Durante los 365 días del año se han distribuido los garañones como ya es habitual en diferentes localidades por cesión a ganaderos particulares que poseen un número considerable de hembras: Villardondiego, Zamora, Andavías, Cuelgamures, Venialbo y Alfaraz en nuestra provincia zamorana y fuera de ella en lugares como León (Garaño, Astorga y Val de San Román), Palencia (Santa María de Mave), Salamanca (Buenamadre), Valladolid (Villalba de los Alcores), Cantabria (Ibio), Ávila (Navaluenga) y Madrid (Santa María Alamedia). Los machos se rotan cada tres años. Los sementales tienen nombre y son famosos: Carolino, Bucaro, Almadecántaro, Zeus, Manolete, Tristán o Don Rodrigo.

Desde Aszal se reconoce, no sin cierto pesar, que “hemos sufrido un descenso en el número de nacimientos, los motivos son económicos (pocas ventas) y de gestión (sobrecarga de animales en las explotaciones que comprometen la continuidad de las ganaderías), a la vez que en el aspecto positivo está que “tenemos el mayor número de hembras reproductoras que ha habido nunca, con más de 600 burras de menos de diez años de edad y un número de crías de 70 y entorno a la mitad son hembras”.

Las medidas a implementar estaban ya reflejadas en las propuestas de 2020, con la dificultad de qué hacer con los asnos no útiles para el programa de cría: “No descartamos el sacrificio”.

Nunca se va a perder la esperanza y se continuará intentando buscar y potenciar usos productivos que puedan garantizar a corto, medio y largo plazo la pervivencia de estos animales, tales como la tracción para labores hortícolas (arar huertos y viñas), enganche carruajes, adiestramiento y producción de leche; sistemas de mantenimiento para hacer más viable la vida de asnos como animales cercanos. Otra alternativa en mente sería el manejo en áreas no cultivadas en régimen de pastoreo rotacional con asnos para mejorar el mantenimiento del ecosistema.

En algunos casos se ha venido trabajando en la iniciativa basada en utilizar asnos para la protección de los rebaños de ovino y bovino del lobo ibérico. Burras, garañones y burresas de recría ya forman parte de rebaños como el de Ismael Rey Rodríguez de Vegalatrave (ovejas de Castellana) y Alberto Martín Heras de Andavías (vacas Alistanas-Sanabresas).

La llegada de la crisis sanitaria global originada por la pandemia del COVID-19, el estado de alarma y los confinamientos, han supuesto un grave revés tanto para Aszal como para los ganaderos ya que se han tenido que suspender todas las actividades programadas, entre ellas la jornada de exaltación, Feria y Exposición Monográfica de “Zamorano Leonesa” que ayer, día sábado 20 de marzo, debería de haber celebrado su XXII edición, la cual ya fue suspendida en 2020 y ahora aplazada en 2021 a ver si aún puede recuperarse caso de mejorar la situación.

Muchas de las ancestrales tradiciones populares tienen a las burras de Zamorano-Leonesa como parte imprescindible de sus rituales. En los últimos años Aszal y Diputación de Zamora vienen cediéndolas para que pueda mantenerse la costumbre en muchos pueblos como “Los Carochos” de Riofrío, “Los Diablos” de Sarracín” y Los Cencerrones” de Abejera, donde cada uno de enero el gitano necesita a su inseparable burra: en otros para la procesión de San Antón.

Durante el pasado año se realizó una gestión intensiva, asesoramiento técnico, para regularizar 74 explotaciones y arreglar sus libros de explotación, visitando cada una de las instalaciones. Desde 2002 Aszal desarrolla el programa “Garañón” de recría y mantenimiento de asnos jóvenes que permita la selección de sementales para la mejora genética utilizando machos hijos de reproductores de excelente valoración morfológica y libres de defectos heredables como la maloclusión, defectos de aplomos y cifosis dorsolumbar pronunciada; y mantener libres de consanguinidad 12 líneas de machos mantenidas en la actualidad.