El patio del colegio de Nuestra Señora de la Paz, en Villaralbo, lucirá sus mejores galas para celebrar la llegada de la primavera. Los alumnos de cada curso han apadrinado un árbol del patio del centro y ya han empezado a decorarlo a su gusto con todo tipo de adornos. Flores, piedras pintadas de colores e incluso figuras de ganchillo son algunos de los elementos empleados para envolver de color cada tronco, que también han sido dotados de vistosos alcorques realizados con neumáticos de coches. “La idea es que los niños puedan sentir como suyo cada árbol y para ello lo cuidan y lo ponen más bonito”, explica el director del centro, Pedro Nevado.

Varios niños toman notas alrededor de uno de los árboles del patio del centro. | Cedida

Esta iniciativa forma parte de un proyecto llamado ODS 2030, en el que participa el colegio de Villaralbo junto a otros centros de Castilla y León y que persigue 17 objetivos relacionados con el desarrollo sostenible. La escuela de la localidad zamorana plasmará varios de estos objetivos en acciones concretas que incluyen la decoración del patio para celebrar la llegada de la primavera y culminará con una plantación de flores con motivo del cambio de estación.

Dos niños riegan las flores plantadas en el alcorque de un árbol. | Cedida

Una segunda línea de trabajo se centrará en incentivar la participación de la comunidad mediante la “operación ganchillo”. En ella, el colegio quiere implicar a las familias de los alumnos, a los usuarios de las residencias de mayores y, en general, a todos los vecinos de la localidad para elaborar un tapete gigante o colcha compuesta por los trabajos realizados por todos los participantes.

Piedras decoradas y plantas junto a uno de los árboles | Cedida

La finalidad es que cada persona haga una pieza de lana, fieltro u otro material similar de un tamaño de 50 por 50 centímetros que luego formará parte de esa composición conjunta con la intención de “tejer la comunidad y conseguir que esta iniciativa pueda vincular a los mayores con más personas”, detalla el director del centro.

Los escolares realizan preparativos junto a un tronco. | Cedida

Las aportaciones serán recogidas tras las vacaciones de Semana Santa y tienen que ir acompañadas “de unas breves líneas donde conste quién es y qué deseos aporta para ese mundo mejor que pretendemos construir”, explica el centro. El resultado final será inundar de color el patio del centro con la colaboración de todos.

Una niña trabaja con una azada para preparar la tierra. | Cedida