La inquietud generada en la comarca de Sayago ante el proyecto de un parque eólico que contempla la instalación de 66 molinos a lo largo de los términos municipales de Almeida, Bermillo y Muga ha fraguado en la creación de una plataforma ciudadana para dar voz a los detractores. “Otra vez no en Sayago” es el nombre del movimiento que agrupa a pequeños emprendedores, negocios vinculados al turismo, el cultivo ecológico o explotaciones de ganadería extensiva que ven amenazado su futuro ante lo que consideran un “modelo industrial a lo bestia”.

Los opositores a este proyecto, que por otro lado cuenta con el incondicional apoyo de los ayuntamientos de Almeida, Bermillo y Muga de Sayago, argumentan que “amenaza el paisaje, la biodiversidad y la tranquilidad de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Meseta Ibérica y, lo que es peor, el modo de vida de los sayagueses”.

Promesa de empleo

Desde la plataforma “Otra vez no en Sayago”, cuyo lema se relaciona con el “peaje” que ya ha pagado la comarca con los embalses, se cuestiona el enriquecimiento para la zona que alegan los defensores del proyecto energético. Cuestionan la “promesa de empleo y dinero rápido para las arcas municipales habitualmente no consigue parar la despoblación ni generar el desarrollo prometido, como demuestran los datos en otras poblaciones que se adelantaron con los primeros molinos” o el ejemplo más cercano de los municipios donde están asentadas las presas. “Salvo algunas excepciones, los operarios cualificados que trabajarán en la construcción vendrán de fuera también, así como los camiones, las grúas y los explosivos necesarios para doblegar el duro lecho granítico” advierten.

“Hay gente que se juega mucho si sale adelante este megaparque” apuntan desde la plataforma, de momento activa a través de una plataforma digital donde la prioridad es “dar a la población la información que los ayuntamientos no han dado”.

Aseguran que la energía renovable “no es el problema. Lo que la convierte en una amenaza para el medio rural es la dimensión de los proyectos y, en el caso del megaparque de Sayago, su tamaño excede todo lo conocido hasta ahora”.

Molinos de 240 metros

Describen molinos de 240 metros, “la altura de cinco de esas torres del tendido eléctrico con forma de robot, que rodean las presas del Duero”. Un aspa mide 80 metros, “el equivalente a 5 trailers articulados, uno detrás de otro. Y cada molino, con su aerogenerador situado a 167 metros del suelo, se soporta sobre una base de hormigón del tamaño de una piscina olímpica”. La plataforma incide en el desarrollo de este proyecto en una “Reserva de la Biosfera, donde no puedes cortar una encina sin que te den permiso”.

Con la información extraída de los documentos presentados en la Junta, el movimiento ciudadano advierte de la desvinculación del proyecto al territorio. “La construcción y gestión del macroparque correrá a cargo de Cenerga, una empresa gallega, la promotora es el holding belga WindVision, asociada al grupo inversor Blackrock con sede en Estados Unidos, y propiedad del multimillonario Larry Fink, natural de Los Ángeles (California). La empresa con la que ya se ha acordado el mantenimiento técnico es de Valencia y el estudio de impacto ambiental, al parecer, se está haciendo en Ávila”.

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Respaldo unánime de los tres ayuntamientos al proyecto

Frente a los detractores del gran proyecto eólico en Sayago se sitúan sectores e instituciones que ven en esta gran inversión de 350 millones de euros una puerta al futuro de la comarca. Las redes sociales ya se están encargando de recoger el sentir de unos y otros, incluso con una encuesta de por medio. A la cabeza de los defensores, los ayuntamientos de Bermillo, Almeida y Muga, cuyos alcaldes dieron su respaldo desde el primer momento y ya han empezado a ingresar en las arcas municipales el canon comprometido con la empresa. 37.500 euros en el caso del Ayuntamiento de Almeida, donde se instalarán 7 de los 66 molinos proyectados en los tres pueblos. Y es en Almeida donde los contrarios al parque eólico han situado las miras después de que trascendiera que la dimisión de la teniente de alcalde respondía a la contratación por parte de una empresa vinculada al proyecto. El alcalde socialista, Miguel Alejo, descarta cualquier irregularidad. “Esta persona recibe una oferta, no de la empresa con la que este Ayuntamiento ha firmado el convenio sino de otra que trabaja para esa empresa, y acepta con toda la naturalidad un trabajo que está vinculado al municipio. Podía haber seguido siendo concejala pero, tanto ella como yo, con todo el pesar porque ha sido una compañera muy eficiente, decidimos que lo mejor era dejar el Ayuntamiento”. Alejo defiende sin ambages la participación de Almeida en el parque eólico, “que ya estaba previsto cuando me presenté a las elecciones y recibí el respaldo mayoritario con 6 de 7 concejales“. Asegura que en este municipio es un proyecto ”equilibrado y compatible con la ganadería extensiva, una de nuestras grandes apuestas”.