El municipio de San Vicente de la Cabeza (Campogrande, Palazuelo de las Cuevas y Bercianos de Aliste) volverá a contar a partir del próximo martes con un establecimiento público para poder dispensar a lo largo de la semana a sus vecinos los productos farmacéuticos que necesiten. Una buena noticia tras 14 meses sin farmacia abierta y en plena crisis sanitaria global de la pandemia del Covid-19.

La Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León ha otorgado la concesión oficial del primer “Botiquín Farmacéutico” de la Zona Básica de Salud de Aliste al licenciado Francisco Javier Pérez Bueno, el cual ya es conocido en la comarca alistana pues regenta la farmacia de Rabanales (Fradellos, Matellanes, Mellanes, Grisuela y Ufones). La prestación del servicio se realizará de lunes a viernes sólo en horario de mañana.

La Corporación Municipal del Ayuntamiento de San Vicente de la Cabeza, presidida por el alcalde Fernando González Rodríguez en integrada por cuatro ediles del PP y tres de ciudadanos) fue quien solicitó oficialmente la concesión del botiquín que aprobó la Junta de Castilla y León y al que se presentaron hasta cuatro licenciados.

El “Botiquín Farmacéutico” se un establecimiento sanitario autorizado con carácter excepcional, –dependiente de otra farmacia–, en el que se presta la asistencia farmacéutica a un pueblo o conjunto de población determinada, donde obviamente no exista farmacia.

En Castilla y León con alrededor de 1.900 puntos de atención farmacéutica de los cuales casi el 40% están en los pueblos y de ellos entorno a 300 son botiquines.

Finalmente el Consistorio decidió facilitar las cosas para lo cual ofreció en arriendo las antiguas escuelas de San Vicente de la Cabeza, –hace muchos años que cerraron sus puertas y solo hay una niña en el pueblo–, que finalmente es donde se ha ubicado el botiquín.

San Vicente vio cerrar definitivamente su farmacia, tras una intensa y necesaria labor durante muchos años, el día 30 de diciembre de 2019 a causa de la “despoblación rural”, según confirmaba entonces su propietario y farmacéutico José Manuel Catalina Coello, que la gestionaba desde 2007: “La despoblación rural es desoladora y más en municipios pequeños como este de San Vicente de la Cabeza, desde que yo llegué aquí hace doce años hemos perdido más del 50% de las cartillas y de los usuarios. Eso hace que la farmacia sea insostenible, las cuentas no salen”. Catalina Coello intentó traspasarla “Pero no hay nadie interesado. Si a alguien le interesa, yo lo comprendo, en el momento que entra en internet y ve la población que hay, sin cobertura de telefonía móvil y datos se desanima”.

Farmacia cerrada en la comarca de Aliste. | Ch. S.

Solo mantienen farmacias abiertas en la Zona Básica de Salud de Aliste 8 de los 13 municipios (62 pueblos) con cinco farmacéuticas y tres farmacéuticos: Alcañices (José Calvo Rodríguez), Trabazos (Enrique Macías Hernández), Fonfría (María Gallego Rodríguez), Gallegos el Río (Yolanda Jambrina Sánchez), Figueruela de Arriba (María González Paramio), Mahide (Irene Hernández Píriz), San Vitero (Mar Rivas Ceacero) y Rabanales (Francisco Javier Pérez).

Carecen de farmacia en su municipio Rábano, Viñas, Pino del Oro, Samir de los Caños y San Vicente (que ahora dispondrá de Botiquín Farmacéutico).

San Vicente de la Cabeza es un claro ejemplo del decrecimiento vegetativo galopante que sufren la práctica totalidad de los municipios y pueblos alistanos, tabareses y albarinos a causa de la emigración en masa y el éxodo rural que se inicio en los años sesenta y se ha mantenido incesante durante más de sesenta años. Entre los cuatro pueblos del municipio, San Vicente , Bercianos, Palazuelo y Campogrande, suman actualmente 357 empadronados (191 hombres y 166 mujeres) cuando se inicio el siglo XXI con 629 vecinos. En 1960 el municipio contaba con 1.279 habitantes, lo cual supone que ha perdido en seis décadas 922 residentes.

En cuanto a la media de edad mayoritaria en esta localidad alistanta, se sitúa en los 60, y el eslabón de oro del recambio generacional está a punto de romperse con solo nueve menores de quince años frente a 177 jubilados, de las cuales 81 son octogenarios y nonagenarios.

En Alcañices llegaron a funcionar tres despachos de medicamentos

Atrás quedan años de gloria y esplendor cuando solo en Alcañices, allá por los años treinta del siglo XX, llegaron a funcionar hasta tres farmacias, la de César España (donde ahora están “Los Toriles” ahora salón sociocultural) junto a la Casa Consistorial, José Calvo (en el mismo lugar que esta ahora en la Plaza Mayor) y la de Huidobro (por debajo del Bazar Paulino). Eso sí, eran las únicas de la comarca y sólo el municipio de Alcañices tenía 1.569 habitantes.

La farmacia alistana más antigua es la única de aquellas tres que se mantiene abierta en Alcañices y regenta José Domingo Calvo. El primer Farmacéutico de Alcañices fue su abuelo José Calvo Casado al cual le concedió el título de Licenciado en Farmacia el 2 de diciembre de 1908 el Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes. Siguió su estela su hijo Cayetano Calvo Leal y en la actualidad su nieto José Domingo.

Las farmacias y farmacéuticos se han convertido en parte vital para los pueblos y personas que viven en ellos, más aun teniendo en cuenta que la mayor parte de la población es de la tercera edad y en la mayoría de los casos carecen de medio de transporte propio para acercarse al establecimiento que por norma se ubica en la cabecera de cada municipio.

Los boticarios recogen las recetas y llevan las medicinas a cada pueblo

La alternativa pasa porque los usuarios del servicio sanitario dejan las recetas o cartillas (TIS) en los consultorios médicos y hasta allí se desplaza el farmacéutico o farmacéutica a recogerlas por las mañanas tras las consultas, –cuando las había–, y regresa por las tardes con los medicamentos que entrega en la Plaza Mayor o en el lugar de costumbre a los vecinos.

Entre los municipios con farmacia abierta se encuentran Figueruela de Arriba (Figueruela de Abajo, Flechas, Riomanzanas, Gallegos del Campo, Villarino Manzanas y Moldones) donde a pesar de ser siete pueblos sólo quedan ya 336 habitantes (175 mujeres y 161 hombres) y de ellos 206 son jubilados, cuando tras la Guerra Civil, en 1940, sumaba 1.749 residentes. También hay farmacia abierta en el municipio de Mahide (San Pedro de las Herrerías, Boya, Pobladura y Las Torres) con cinco pueblos y 316 empadronados (178 hombres y 138 mujeres). El descalabro demográfico amenaza con cerrar muchas de ellas a corto plazo.