El Arciprestazgo de Aliste y Alba inició ayer las obras de restauración y recuperación de la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel de Sarracín, cerrada al culto hace ya 23 meses, ante el “muy serio y grave peligro de ruina y derrumbe, para garantizar la seguridad de cura y feligreses”.

En la mañana de ayer viernes tuvo lugar el replanteo oficial de la obras con la presencia de Fernando Lorenzo Martín (arcipreste de Aliste y párroco de las Unidades de Acción Pastoral de Valer de Aliste y Sarracín) y Germán Matellán Fernández y Javier Fernández (alcalde del Ayuntamiento de Riofrío y concejal de Sarracín).

Para ejecutar los trabajos se ha elegido a la empresa alistana “Zacosal” de Bercianos, la misma que recientemente realizó los trabajos de recuperación del centro parroquial social de Alcañices en el entorno del recinto amurallado.

El 28 de enero de 2021 la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León en Zamora, presidida por Clara San Damián, daba luz verde a las obras de reforma en Sarracín, requisito para iniciarlas.

El día 7 de abril de 2019, ya a las puertas de la Semana Santa, el párroco Fernando Lorenzo Martín, decidía cerrar al culto la iglesia de San Miguel Arcángel temporalmente, al considerar que celebrar en ella misas, rosarios, bautizos, bodas, comuniones o funerales era un auténtico peligro y ni mucho menos ofrecía garantías para la vida de oficiantes y feligresía.

La primera señal de alarma llegó al verse claramente que la techumbre estaba cediendo peligrosamente. Ello llevó a indagar en busca del origen del problema y cuando se quitó parte del bajo techo la sorpresa fue mayúscula al descubrirse que algunas de las vigas se estaban saliendo de su lugar de anclaje inicial en la paredes exteriores y muros de carga.

En un primer momento se llegaron a contratar e iniciar las obras por parte del Obispado de Zamora, las cuales hubieron de paralizarse al descubrirse que la situación real de la iglesia era incluso peor de los que por sí parecía y se creía.

Iglesia de Sarracín Ch. S.

Fue entonces cuando el cura Fernando Lorenzo Martín y el alcalde Germán Matellán Fernández decidieron unirse y tomar las riendas para conseguir una solución, consensuada y eficaz a largo plazo, que finalmente se consiguió con la firma de un convenio entre la Diócesis de Zamora y la Diputación Provincial.

En un principio “como decimos los alistanos a ojo de buen cubero”, señala un anciano feligrés, se creyó que harían falta unos 120.000 euros, aunque pocos días después ya se daba por hecho que al menos harían falta unos 135.000 euros. Tras redactarse el correspondiente proyecto técnico el presupuesto asciende a 25.000 euros más.

El último Convenio entre la Diputación de Zamora y la Diócesis de Zamora incluyó una inversión total de 380.000 euros, aportando cada institución el 50%: un total de 190.000 euros.

La mayor inversión económica corresponderá a la iglesia de San Miguel Arcángel de Sarracín con 160.000 euros, seguida de las iglesias de Entrala (90.000), Benegiles (80.000), Bóveda de Toro (35.000) y Villanueva de los Corchos (15.000), esta última también en el Arciprestazgo de Aliste y Alba.

Para Jesús María Prada Saavedra, vicepresidente segundo de la Diputación de Zamora y diputado de Cultura y Turismo, “el templo de Sarracín de Aliste está en muy mal estado de conservación y desde un primer momento siempre tuve muy claro que había que arreglarlo, costara lo que costara, porque no podían seguir eternamente teniendo que celebrar los actos religioso en el centro social”.

Casarse en el pueblo

La llegada de la crisis sanitaria global originada por el coronavirus no hizo sino incrementar los problemas, y durante el Estado de Alarma algún funeral hubo de celebrarse en plena calle, frente al velatorio de Sarracín. El motivo está en que el centro social (iglesia circunstancial) y la cocina del comedor social de la tercera edad comparten zona de entrada, puerta con puerta, al estar ambas ubicados en el antiguo salón de baile.

Todo el mundo sueña con casarse en su pueblo, hoy algo imposible en Sarracín, si uno de los contrayentes es forastero “Nos queda el consuelo de hacerlo aunque sea fuera de casa pero con iglesia”. La iglesia actual de “San Miguel Arcángel” de Sarracín no es antigua, ni siquiera podría considerarse vieja, pues fue una de las últimas en construirse totalmente nuevas, en su caso hace solo 64 años. Las obras se ejecutaron en su mayor parte a lo largo de 1957, sin embargo no fue inauguarada y abierta al culto hasta 1961.

Fue una de las obras de un cura que luego dejó los hábitos y se convirtió en unos de los empresarios de la construcción con más prestigio de Castilla y León. Sin embargo, mal recuerdo mantienen los vecinos y feligreses de pueblos como Sarracín (San Miguel) y Valer de Aliste (Santa Eulalia), ésta construida en 1961 y abierta la culto en 1962, donde en sus seis décadas de vida han sido ya más los gastos en reparaciones que los que en si costo hacer la iglesia nueva.

Sarracín, –dentro de la gravedad de la despoblación rural y la sangría demográfica que vive la mayor parte de la provincia de Zamora–, es uno de los pueblos con más vida y esperanza, dentro de lo que cabe, de la comarca natural de Aliste, Tábara y Alba, contando con 230 habitantes, de los cuales 118 son hombres y 112 mujeres.

Obviamente este número se incrementa los fines de semana y muy en particular durante los períodos vacacionales de Navidad, Semana Santa y verano; muy en concreto en la celebración de sus fiestas más importantes, San Antonio (13 de junio y patrono de los mozos con Ramo y Ofrenda) y San Miguel Arcángel (29 de septiembre y patrono del pueblo).

Dada la envergadura de las obras a realizar será casi materialmente imposible que puedan estar rematadas para finales de la primavera, aunque no se pierde la esperanza para primeros del otoño: “Lo importante es empezar y que nos la dejen bien”, no sin echar sus cuentas de memoria: “Vaya dineral, no entendemos de obras y cuentas, pero igual nos había costado ya menos hacer una nueva” –atestiguan dos ancianos a la solana inverniza– “y ya tenéis una iglesia para toda la vida, nos dijeron cuando éramos mozos, y resulta que hemos aguantado nosotros más que ella”.