En su afán por consolidar los valores que adornan a Fermoselle como uno de los pueblos más singulares y pintorescos de Castilla y León, el Ayuntamiento ha decidido “coger el toro por los cuernos” y dar solución al problema de los edificios en ruina. Primero, por una cuestión de seguridad para las personas o bienes, pero también por salubridad, debido al deterioro del medio ambiente que generan estas construcciones en ruina, y por el cuidado del patrimonio cultural.

En un primer paso se ha procedido al derribo de dos inmueble, cuyo estado ruinoso arrastrado desde hace años pone en peligro tanto el paso de los viandantes como las edificaciones aledañas. Se trata del edificio situado en número 149 de la calle Requejo (Barrio del Terradillo) y otro de no menor entidad asentado en la calle del Guapo y con extensión a la calle Alfredo Díez Marcos (antigua calle Tellarinas).

Una grúa retira escombros. | Cedida

En el primer caso será el banco propietario del inmueble el que se haga cargo de los gastos de demolición ejecutados por el Ayuntamiento. La casa de la calle Requejo, que conservará la fachada a la altura del dintel de la puerta, se sitúa en un lugar estratégico, tanto por el paso de viandantes y turistas que recorren la ruta de las bodegas como por ser un punto clave en el recorrido de los encierros.

El inmueble de la calle del Guapo, cuya fachada estaba apuntalada para evitar su caída, es de propiedad privada y para su derribo el Ayuntamiento se ha acogido al convenio con la Diputación, que asume la tramitación de los procedimientos de declaración de ruina y cofinancia el coste de la demolición. Los propietarios de los edificios deberán aportar la parte que les corresponde de los gastos.

Estas actuaciones no son más que el principio del objetivo que se ha marcado el Ayuntamiento para abordar la demolición de viviendas y edificaciones en estado de ruina dentro del casco urbano. “Se están abriendo expedientes de derribo de varios inmuebles que presentan peligro y dan muy mala imagen” confirma el alcalde fermosellano José Manuel Pilo. Un proceso que la mayoría de las veces “lleva bastante tiempo” por la renuencia de los propietarios a afrontar la solución o las complicaciones legales para determinar la titularidad de estas propiedades. Suele ser una tramitación bastante compleja, especialmente para los municipios pequeños que cuentan con escasos medios materiales y personales y, en consecuencia, con poca capacidad de gestión.

Edificación de la calle del Guapo. | Cedida

En Fermoselle hay aproximadamente una decena de edificaciones susceptibles de demolición, previa apertura del expediente y autorización con la aprobación del pleno y el proyecto de derribo autorizado por la Comisión de Patrimonio. “Somos conscientes de que estos procesos se dilatan bastante en el tiempo, pero iremos actuando porque esto ofrece una mala imagen para el pueblo. Recibimos bastante turismo, queremos potenciarlo y no podemos estar vendiendo Fermoselle mientras tenemos un montón de edificios en ruina” explica José Manuel Pilo.

El convenio de la Diputación de Zamora apoya a los municipios menores de 5.000 habitantes, “por entender que son los que tienen menor capacidad económica y de gestión”, y realiza la tramitación de los procedimientos de declaración de ruina y, en su caso, las de ejecución subsidiaria de la ruina cuando conlleven la demolición del inmueble.