La comarca de Sayago ha sido este fin de semana la vía de escape de muchos zamoranos que, privados de la posibilidad de salir fuera de la provincia como consecuencia de las restricciones de la pandemia, no han querido perderse el espectáculo del agua. Presas, cascadas, molinos y riveras exhiben todo su esplendor después de las nieves de la borrasca Filomena y las abundantes precipitaciones de los últimos días.

Senderistas, curiosos y amantes de la naturaleza han explorado los parajes más atractivos para disfrutar de un fin de semana primaveral. Por su cercanía a Zamora y el fácil acceso, la cascada de Abelón es uno de los enclaves más codiciados. Hasta allí se desplazaron ayer cientos de vehículos que literalmente inundaron las calles del pequeño pueblo sayagués. Se llegaron a contar uno 160 vehículos en un momento del día, aparcados por calles, fincas, incluso cerrando el acceso a algunas cocheras, más los que se situaban en los accesos del salto de agua. El plan de muchos visitantes era la combinación de la cascada de Abelón con la presa de Villalcampo, donde la apertura de compuertas constituye todo un atractivo. Muchos de esos turistas aprovecharon el día para buscar un buen emplazamiento en el campo donde poder comer.

Fermoselle, donde empieza a brotar la floración de los almendros, Mámoles con su cascada o las rutas de riberas y molinos por Almeida o Fariza también reunieron a pequeños grupos y familias en busca de un respiro en el Parque Natural de los Arribes del Duero. El rosario de visitantes puede continuar hoy y mañana debido al puente de los carnavales. A falta de fiesta, la naturaleza se plantea como una alternativa perfecta siempre, más en tiempo de COVID.