–¿Desde cuándo tienen problemas con el lobo?

–Ya son muchos años. Aquí es la cuarta vez que nos entra, pero ninguna tan grave como ahora.

–Tienen todo el perímetro de la explotación vallado, ¿cómo ha podido entrar?

–Porque al final siempre buscan una escapatoria, una manera de poder subsistir y vivir. Creemos que ha pasado por debajo de la valla; como tienen hambre, siempre buscan un resquicio. Y esto les resulta bastante más fácil que cazar corzos arriba en el páramo que corren más que las ovejas.

–¿Llega a compensar el seguro estos daños?

–Por un lado tenemos un seguro de retirada de cadáveres, que es el obligatorio para cuando se muere un animal, pero no cubre la asfixia, el aplastamiento o la entrada de animales silvestres. Entonces hay que hacer un seguro a mayores que a nosotros nos cuesta en torno a 1.100 euros al año, siempre y cuando no des ningún parte. Si lo das, y en este caso es considerable, para el año que viene nos puede costar el seguro en torno a 5.500 euros. Nos ha pasado anteriormente, por dar partes triplicaron y hasta quintuplicaron el precio.

–¿Pero llega a cubrir el coste de la oveja perdida y las crías?

–Para nada. El seguro me cubre 150 euros, nosotros en la calificación de la Junta estamos en aptitud de leche, no cárnica, y los precios que se mueven para leche no tiene que ver con la cárnica. Con el seguro cobraré 150 euros por animal con una franquicia de diez euros, que es lo que nos abona la Junta de Castilla y León. Esa es la miseria que nos paga si tengo seguro, porque si no sería cero.

–¿Cuánto le cuesta la crianza de un animal?

–Criar un animal puesto al parto me cuesta 240 euros, si me pagan 150 pierdo en torno a cien euros por oveja muerta. Eso, sin contar las pérdidas de los abortos, porque hasta que las ponga al parto me va a costar 200 euros por animal. Hay guardas forestales y peritos agrícolas para valorar todas estas cosas que están estipuladas pero no las contempla el seguro.

–Entonces cuando se dice que se compensan los daños del lobo...

–No creo que llegue a compensar un 25% de los daños que ha causado el lobo.

–¿Qué consecuencias va a tener la protección total del lobo, si se lleva a efecto?

–Espero que no se llegue a lo que pasaba hace muchos años, cuando provocaban daños los lobos aparecía el veneno, ponían cepos. Espero que no se llegue a ese extremo y que la Junta busque soluciones. Igual que hay un acuerdo que prohíbe matar al lobo habrán pensado en compensaciones, bien sea desde Madrid o Bruselas, para sufragar los daños que provoca. Lo que no veo lógico es que estos gastos sean a costa de la PAC, que detraigan fondos y al final pagamos los mismos, ganaderos y agricultores que somos los que mantenemos el medio rural.

–Una de las medidas que se apuntan son los mastines.

–No creo que los mastines sean una solución y encima los gastos me los como yo, no la Administración. Creo que es más real mantener un cupo de lobos en una cantidad de hectáreas y si corresponden dos parejas para cinco mil hectáreas pues que no haya cinco. Cuando hay superpoblación, al final tienen que atacar a nuestro ganado para poder sobrevivir.

–Los conservacionistas sostienen que el lobo está en recesión.

–No es verdad, cada vez hay más. De hecho aquí no se veían tantos como ahora y si hay muchos en otros territorios, al final el lobo tiene que expandirse. Cada vez se ven menos agricultores por el campo, los pueblos están sin gente y campan a sus anchas.

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–¿Puede llegar a ser posible ese equilibrio lobo-ganado?

–No se trata de que desaparezca el lobo, es un animal precioso, bonito de ver, majestuoso. Pero no es justo que lo tenga que mantener yo. Si al que viene de Madrid a pasear le gusta ver el lobo que lo pague. Yo quiero ver un partido de fútbol y abono una entrada. Que conviva con nosotros, siempre y cuando no tengamos que mantenerlos los ganaderos, como hasta ahora.