Llega el espectáculo del agua a la comarca de Sayago. Las intensas lluvias de los últimos días devuelven la vida al conjunto de cascadas y saltos donde los cursos fluviales se precipitan al vacío mostrando una singular estampa, inmortalizada por cámaras y vídeos de cantidad de visitantes que recorren los parajes más emblemáticos de los arribanzos. Las Pilas de Almaraz, la cascada de Abelón, Las Lastras de Mámoles, el arroyo Carrascalico de Fariza, las agrestes vertientes en Fermoselle, Gáname, Moral o el salto de Llamas Frías en Ricobayo son ejemplos de la belleza que despliega la furia del agua en el singular entorno del Parque Natural de los Arribes del Duero.

VÍDEO | El espectáculo de la cascada de Mámoles (Zamora)

VÍDEO | El espectáculo de la cascada de Mámoles (Zamora) R. D.

El agua transforma el pedregoso paisaje de Sayago generando el interés, más allá de los amantes de la naturaleza, de senderistas y domingueros impactados por la contemplación las magníficas vistas en los arribanzos del Duero. Las cascadas precipitándose desde varios metros al vacío con su inconfundible rugido constituyen uno de los grandes atractivos naturales en los albores de la primavera en la comarca de Sayago. Es habitual, especialmente los fines de semana, la presencia de visitantes en torno a estos parajes emblemáticos, en muchas ocasiones de fácil acceso, que no dejan indiferente a nadie.

Cascada de Abelón.

Cascada de Abelón. M. Alonso

Cascada del arroyo de la Arenosa, en Abelón.

Cascada del arroyo de la Arenosa, en Abelón. L. Ferrero

 Arroyo Carrascalico en Fariza.

Arroyo Carrascalico en Fariza. L. Ferrero

 Salto de Llamas Frías al Esla en Ricobayo.

Salto de Llamas Frías al Esla en Ricobayo. F. Faúndez

 Cascada de Gáname por la noche.

Cascada de Gáname por la noche. L. Ferrero

Tampoco pasan desapercibidos los valles anegados, arroyos, regatos y charcas, completamente colmatados buscando hueco para discurrir por la superficie hasta formar planchas de agua que son una bendición para los acuíferos y el aprovechamiento de los pastos el resto del año. Los caudales recorren presurosos el rosario de riberas que discurren por muchos pueblos de esta comarca fronteriza.

Las generosas lluvias invitan a disfrutar de una primavera esplendorosa en este segundo año de pandemia que tiene en la naturaleza una de las pocas opciones compatibles con las molestas restricciones que impone el COVID. Permite distancia y disfrutar de la naturaleza sin fronteras ni techos. Los cantiles del Duero regalan además la oportunidad de contemplan las cascadas naturales al otro lado de la ribera, en la margen portuguesa. Otro regalo del espectáculo del agua en este rincón de la provincia de Zamora.