La polémica sobre la administración de la vacuna contra el COVID-19 también toca a la provincia de Zamora. En concreto a Moraleja de Sayago, donde su alcalde, Ángel Villamor, ha recibido la primera dosis de la vacuna pese a no estar entre los grupos prioritarios establecidos en la estrategia de vacunación. No es personal sanitario ni sociosanitario de un centro de mayores, ni es trabajador de primera línea en la lucha contra el coronavirus.

El alcalde justifica que haya sido inyectado en su condición de presidente de la Fundación La Paz, que gestiona el complejo residencial de Moraleja de Sayago, y por su implicación con los mayores. “Estoy todos los días allí metidovoluntariamente, paso cuatro o cinco veces, casi me considero un trabajador más” explicaba Villamor a este diario. Lejos de eludir la polémica, el alcalde de Moraleja, antiguo socialista y ahora de la formación Ahora Decide, no considera que se haya “colado” en la lista prioritaria de la administración de la vacuna contra el coronavirus. “Llevo 15 años trabajando por la residencia y no me arrepiento de nada porque tengo mucho contacto con los ancianos. Me he vacunado tanto por ellos como por mí”.

El alcalde sayagués ve “normal” haberse vacunado porque “estoy diariamente allí, todo el mundo lo sabe. Estoy muy implicado con el proyecto del complejo residencial que pusimos en marcha hace unos años y hasta en los momentos más duros de la pandemia me ponía el equipo EPI y echaba una mano”. Un trabajo que, según explica, es “totalmente voluntario”.

El alcalde de Moraleja de Sayago no siente que haya hecho “nada malo porque estoy allí diariamente currando, en contacto con las personas mayores, trasladándolos al centro médico cuando es necesario, llevándoles a hacer analíticas, probando la comida. Llevo 15 años sin salir de allí”. Conocedor de la polémica que ha generado la vacunación de personas que no estaban entre los grupos prioritarios, entre los que se encuentran algunos alcaldes en todo el territorio nacional, Ángel Villamor asegura que “comprendo el cabreo de la gente, pero mi caso está justificado”.

No teme a las críticas que puedan cuestionar su forma de actuar ni se plantea dimitir, como han hecho otros alcaldes y cargos públicos en el ojo del huracán por “colarse” en la lista de prioridades de la vacuna. Villamor asegura que “no hace daño quien quiere sino quien puede, no tengo nada que demostrar. Estoy en contacto directo con los ancianos y no hay más que decir”.

Pero la polémica no acaba ahí. Se cuestiona también un posible trato de favor por parte del alcalde hacia sus padres, también beneficiarios de la vacuna a pesar de vivir en su casa, ajenos al centro residencial. Ángel Villamor asegura que sus padres “están valorados por la Junta, tienen ayuda domiciliaria y asistencia. No creo que se haya hecho nada malo”.

El alcalde de Moraleja insiste en que “tengo la conciencia muy tranquila y voy a seguir luchando por los ancianos y por el centro, no les voy a dejar tirados”, precisa cuando se le cuestiona si se plantea dimitir.

El complejo residencial Fundación La Paz no es una residencia al uso, ya que dispone de viviendas autónomas donde residen los mayores. Presta atención personalizada en su centro de día y viviendas de protección oficial en régimen de alquiler. “El objetivo es que las personas mayores estén como en su propia casa y que noten el cambio lo menos posible”.

La Fundación La Paz dispone de 13 viviendas de 70 metros cuadrados cada una totalmente independientes y además cuenta con zonas comunes. Este servicio público se puso en marcha en el año 2012. El objetivo es que el complejo cuente con la catalogación de residencia, unidad de convivencia, centro de día y ayuda a domicilio.

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