En el verano de 2011 Bermillo saldaba una deuda con José María Arguedas (1911-1969), el investigador peruano que en palabras del maestro local y erudito, Jesús Santiago Panero, “puso a Sayago en el mapa internacional”. Corría el año 1958 cuando, becado por la Unesco, Arguedas recalaba en el oeste zamorano, alojándose durante unos meses en la antigua posada de arrieros de Bermillo con el objetivo de estudiar y comparar las comarcas de Sayago y Aliste con las comunidades indígenas de Perú. El investigador buscaba un preciso cuadro sobre la sociedad rural solo posible asentándose como un vecino más de las gentes sencillas que por aquellos años poblaban las comarcas zamoranas.

Qué mejor momento para recocer el trabajo del antropólogo peruano, autor de culto respetado por la intelectualidad, que con motivo de los cien años de su nacimiento. Una oportunidad para acercarse a la obra de Arguedas y su proyección en la antropología social y la etnografía. No es casual que Bermillo sea punto de referencia para investigadores, sobre todo peruanos, o alumnos del Máster de Antropología de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca que, de la mano del profesor Ángel Espina Barrio, reciben cada año una clase en los escenarios de los que se sirvió Arguedas para escribir su tesis.

Con su tesis, el escritor “puso a Sayago en el mapa internacional”

Por ello, Bermillo de Sayago a través de la asociación “La Mayuela”, rescató la obra del peruano y su contribución al estudio de costumbres y tradiciones. Un trabajo reunido en “Las comunidades de España y del Perú”, donde plasma la labor de campo, libreta en mano y cámara al hombro, llevada a cabo por en Sayago –fundamentalmente en Bermillo y La Muga– y más residualmente en Aliste a través de su viaje a San Vitero.

Miembros de “La Mayuela” y estudiosos durante una visita a Bermillo. | A. J.

Diez años después de aquel homenaje, este enero de 2021 se recupera de nuevo la figura de José María Arguedas con motivo de los 110 años de su nacimiento, el 18 de enero de 1911 en Andahuaylas. Tanto “La Mayuela” como estudiosos, investigadores y admiradores de su obra han encontrado la “excusa” para volver al legado del amauta andino. Dos mesas redondas, organizadas desde el Museo Etnográfico de Zamora y vía online, el pasado 15 de enero –“Arguedas en Sayago y Aliste”- y otra el próximo sábado día 23 –“José María Arguedas como puente entre Perú y España”-, profundizan en el trabajo de Arguedas, llegado a esta Zamora rural atraído por la obra de Joaquín Costa «Colectivismo agrario», que había conocido a través de Unamuno.

Alberto Jambrina “revela” la lista de informantes en Bermillo, Muga y San Vitero

La semilla sembrada aquel verano de 2011 en Bermillo ha germinado con iniciativas que fomentan el estudio y el reconocimiento de Arguedas. Es la razón de las dos placas conmemorativas instaladas la puerta de la antigua posada de arrieros de Bermillo, donde el escritor peruano se alojó junto a su esposa, Celia Bustamante, y bebió del saber popular gracias a la tranquilidad de las conversaciones con la posadera, la señora Sabina y tantos personajes que desfilaron por el humilde aposento. “Había una ventana en la posada desde la que se ve medio pueblo y ahí esperaba a los informantes que le decían cualquier cosa, que él anotaba en la libreta que llevaba siempre a mano” ha relatado Jesús Santiago Panero, nieto de Sabina Hernández, quien conoció a Arguedas cuando él tenía 15 años.

El trabajo iniciado por “La Mayuela” da sus frutos diez años después

Otra de esas iniciativas surgidas a la sombra de la conmemoración del cien aniversario ha sido la creación de una página Facebook con el objetivo de poner de relieve los trabajos del antropólogo peruano en Sayago y Aliste entre febrero y junio de 1958. Bermillo, Muga, Almeida, Fermoselle y San Vitero confluyen con los pueblos peruanos de Lucanas, Abancay, Puquio, Viseca, Apurimac, Andahuaylas y el Valle del Mantaro, territorios de ambos países que fueron la base para la confección de la tesis doctoral sobre “Las comunidades de España y Perú”.

Placas conmemorativas del paso de Arguedas por Bermillo, colocadas en la Posada de Arrieros. | A. J.

La red social se concibe como un “punto de encuentro y unión entre ambas culturas y comarcas” en palabras de Alberto Jambrina, administrador de la página Facebook y promotor de la misma junto al estudioso Gabriel Arriarán, quien también participó en los actos de 2010 en Bermillo.

Alberto Jambrina describe el eco de ese trabajo en contínua búsqueda de material e información, además de sus propias indagaciones sobre la huella de Arguedas en las comarcas zamoranas en el artículo “El antropólogo con alma de poeta que recaló en Sayago y Aliste en 1958”, publicado en la Revista de Folklore.

Una nueva página de Facebook, punto de encuentro entre dos culturas

El profesor, especializado en Folklore y Etnomusicología, traza un perfil sobre la figura de un Arguedas “que fue polifacético, realizando labores de educador, investigador, traductor, folklorista recopilador, promotor cultural y poeta quechua”. Cuenta cómo se sitió atraído por un personaje, destacando la vocación musical que destilan sus obras, como ha apuntado el antropólogo y escritor peruano Gabriel Arriarán. Las indagaciones de Jambrina le han llevado a contactar con personas, o descendientes de los informantes que mantuvieron un contacto con Arguedas durante los meses que pasó en la Zamora más rural donde el peruano buscaba la esencia de las comunidades.

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Además de Jesús Santiago Panero en Bermillo, María Jesús Carvajal, nieta del tendero, Carmen y Florida, hijas de Marcelino San José o Ricardo Alonso. “En Muga, a través de Teresa Martín Marino, sabemos que Arguedas estuvo en otra posada” revela Jambrina. O la estima de Justo Alejo hacia el andahuaylano, en cuya relación ha ahondado el profesor Manuel Ángel Delgado de Castro. O los días de estudio que dedicó a San Vitero y la localización de familiares de los informantes a través de las redes sociales, como las hermanas Valentina y Herminia Leal, residentes en Montevideo.

Un trabajo inacabado como las indagaciones de una figura fundamental, cuya temprana muerte por él buscada truncó una brillante trayectoria de la misma forma que agrandó el mito de un escritor de culto.