Los ancestrales “Carochos”, única mascarada de la comarca natural de Aliste, Tábara y Alba declarada oficialmente Fiesta de Interés Turístico de Castilla y León, no se celebrará el ya próximo día 1 de enero a causa de la pandemia del Covid-19 “para evitar posibles contagios de la enfermedad del coronavirus”.

Así lo han decidido los jóvenes del pueblo que organizan este rito primitivo pagano de solsticio de invierno, suspensión que justifican “por una vez y exclusivamente por motivos sanitarios, ante el riesgo de que se reúnan cientos de personas n dicha celebración y alguna de ellas pudiera contraer el virus de la pandemia que ha cambiado significativamente la vida de todos”.

Ya se oficial, no habrá ningún acto ni ritual de mascaradas en “La Raya” de España y Portugal: Riofrío, Sarracín, Abejera, Villarino tras la Sierra y Pozuelo, para salvaguardar a los vecinos y muy en particular a las personas de la tercera edad y con patologías: “La salud es lo primero” se coincide en todos los pueblos.

Teniendo “En cuenta que Riofrío es una pequeña localidad, despoblada, en la que la edad media de la población es elevada y, por tanto, existe un alto número de personas mayores, la celebración del rito el próximos 1 de enero podría afectar negativamente a los vecinos y otros visitantes del territorio nacional y, en algunos casos, del extranjero, que suelen reunirse habitualmente en el pueblo por lo que los jóvenes hemos tomado la determinación de suspender la fiesta siguiendo las advertencias de las autoridades sanitarias” aseveran.

Celebración de los Diablos en Sarrracín de Aliste. | Ch. S.

Los Carochos de Riofrío es una de las mascaradas de la provincia de Zamora y de la región de Tras Os Montes en Portugal donde participan un mayor número de personajes, once en total: diablo grande, diablo chiquito, gitano, filandorra, molacillo, ciego de atrás, el del lino, madama, galán, el del tamboril y el del Cerrón. Además, hay que tener en cuenta en que además de salir todos de un mismo lugar, en varios momentos de la celebración participan juntos y con contacto físico entre ellos y con los vecinos y visitantes lo cual incremente el riesgo.

El día de Año Nuevo no habrá Carochos, no obstante, los vecinos de Riofrío, niños, jóvenes y mayores, ya tienen puestos sus ojos en el día 1 de enero de 1922, fecha en la que se cumplirán los cincuenta años de su recuperación el 1 de enero de 1972.

Hoy con ya 68 años de edad y testigos directos de aquella recuperación la recuerdan hoy 48 años después: “De aquellos intensos días en los que nos planteábamos sacar, de nuevo, a la calle a los personajes de la obisparra, queda grabada en mi mente la determinación con que nos proponíamos llevar adelante semejante aventura. No tengo la sensación de que fuera precisamente una demanda de los vecinos del pueblo, sino una decidida voluntad de los jóvenes de plantarle cara a la desidia y por recuperar nuestras raíces. Estábamos decididos a cambiar el rumbo de aquel tiempo y aquel lugar. Con idéntica audacia a la que nos impulsó cambiar la fiesta de octubre a agosto. el fascinante viaje hacia los Carochos, que hoy continua, bien merecía una misa” asevera el periodista Isaac Macho.

Par Miguel Ángel Blanco: “Refundar los Carochos en 1972 fue una decisión atrevida y acertada, aunque oíamos frases como vais a hacer el ridículo, no tenéis ni idea. Pero no nos desmoralizaron, estábamos decididos a recuperar la tradición. Yo hice el Galán y también tuve el honor de vestirme de Diablo Grande. Fueron días intensos porque apenas recordaba las andanzas de la obisparra. Menos mal que tuve buenos instructores como Ricardo Brizuela, Benjamín González. Lorenzo Vicente y Toribio Río. Ellos me dieron las pautas para salir airoso en las peleas y defenderme en las correrías por el pueblo. En esa etapa de preparación me advertían que al día siguiente no te vas a mover, pero, paradójicamente, fui a plantar pinos al Gamonal como si tal cosa. De aquella época recuerdo el excelente trato que los vecinos nos dispensaban al llegar a las casas, es desvivían. También es cierto que hubo alguno que ni nos abrió la puerta, aunque afortunadamente, eso cambio”.

Abilio Rodríguez fue uno de los personajes del Diablo Chiquito con más oficio al que represento hasta tres veces tras la refundación. Como sus compañeros tuvo que aprender deprisa todas las artes y entrenar con ahínco en las frías noches de diciembre y recuerda la gran cantidad de mozos que se juntaban y los maestros que le ayudaron en las tareas como José Cruz, Emilio y Francisco Gónzalez y Benjamín González, grandes amantes de la fiesta.

La juventud de Abejera de Tábara, perteneciente al municipio de Riofrío, anunciaba en la mañana de ayer sábado que la localidad tampoco celebrará el día de Año Nuevo las mascaradas de los “Cencerrones” que cada tarde del primer día del año animaba la plaza de la iglesia de “La Natividad”. Antaño también recorría todo el pueblo.