Zona de ubicación de la perdiz pardilla en España. | Junta

Desbroces realizados por Medio Ambiente en la sierra. | Junta

La perdiz pardilla, conocida en Sanabria como charrela, tiene “una de las mejores poblaciones de España” en las zonas altas de la sierra zamorano-leonesa (superiores a 1.100 metros) donde las especie es atendida con cuidado y prevención por la Consejería de Fomento y Medioambiente de la Junta de Castilla y León.

Esta vulnerabilidad lleva a Medio Ambiente a implicarse en una serie de actuaciones destinadas a la conservación de la especie, calificada “de emblemática”. Según informa la propia Junta, “desde el año 2018 y hasta el presente se ha invertido 100.000 euros, que han sido aportados por Naturgy en virtud del convenio de colaboración firmado con la Fundación Patrimonio Natural”.

Aunque no se da una cifra siquiera de la estimación de la población existente, los censos realizados sobre la charrela revelan un incremento continuado al contabilizar unos 82 ejemplares en el año 2005 a 222 en el año 2010, que se considera que irá al alza con los desvelos en pro de la serrana.

Medio Ambiente hace hincapié en que el Parque Natural del Lago de Sanabria y Sierras de Segundera y de Porto “también posee una gran riqueza botánica, con numerosos endemismos ligados a los ecosistemas de alta montaña y a las turberas, y faunística, destacando las especies ligadas a los lagos y cursos de agua, así como a los brezales y pastizales de la alta Sierra del Parque Natural”. Precisa, al respecto, que “de entre todas ellas, destaca especialmente la perdiz pardilla (Perdix perdix hispaniensis), el ave más emblemática del Parque Natural, conocida comúnmente en la zona como “charrela”.

Es un ave “ligada a los pastizales y matorrales de media y alta montaña, y está protegida por el anexo I de la Directiva Aves (Directiva 79/409/CE) y cuenta con una Plan Básico de Gestión y Conservación en Castilla y León”. Conforme al mismo, “la principal amenaza es la pérdida del mosaico matorral-pastizal que constituye el hábitat vital de la especie por el abandono del pastoreo, lo que provoca una matorralización excesiva de su hábitat”.

“La perdiz pardilla es una de las especies más amenazadas de Castilla y León, siendo las poblaciones que ocupan la Alta Sierra de las más meridionales de la Península Ibérica, situándose en su límite sur de distribución” indica en el documento relativo a la conservación de un ave que todavía no escapa a episodios del furtivismo.

Medio Ambiente resalta que a través de las actuaciones de mejora del hábitat “se busca contribuir a la diversificación de su hábitat reduciendo la superficie de matorral y recuperando áreas de pastizal, lo que a su vez contribuye al mantenimiento pastoreo y al fomento de la actividad ganadera tradicional”. Añade que “estas actuaciones desbroces y obtención de pastos han sido muy bien recibidos por los ganaderos del Parque Natural, ya que favorecen y apoyan a la ganadería extensiva que aprovecha todos estos pastos en las épocas estivales”.

El desarrollo de estos trabajos, añade, “contribuirá a mitigar algunas de las principales amenazas que se ciernen sobre esta especie y, complementariamente, a la prevención de incendios forestales y a la mejora de la palatibilidad de los pastos para el ganado fomentando la actividad ganadera dentro del Parque Natural, como ejemplo de aprovechamiento sostenible de los recursos naturales del Parque Natural”.

Como intervenciones acometidas “para la diversificación del hábitat de la perdiz pardilla” se menciona “la creación de mosaicos pastizal-matorral mediante la realización de trabajos de desbroce mecanizado en zonas de alta montaña de difícil acceso”. Se pone de manifiesto que “el abandono progresivo de las prácticas ganaderas ha provocado una serie de fenómenos en los pastizales como la pérdida de superficies de pradera, a favor del matorral. Este fenómeno tiene una gran influencia en el hábitat de la perdiz pardilla que frecuenta las zonas más pastoreadas donde abunda la comida. Mediante la actuación se pretende contribuir al mantenimiento y recuperación de áreas de pastizal mediante su desbroce mecanizado con tractor con desbrozadora de cadenas y mediante la realización de roturaciones y siembras de centeno en fincas determinadas”.

Otra actuación consiste en la ejecución de “desbroces lineales, que tienen una anchura media de entre 6 y 30 metros”.

También se llevan a cabo “áreas de desbroce intercomunicadas a través de la compleja red de desbroces lineales, generando superficies amplias de desbroce en las que se realiza un desbroce mecanizado del matorral”. Otro tipo de prácticas consisten en la generación de “transectos de gradeos lineales que intercomunican las diferentes parcelas en las que se sembrará el centeno”. La dotación de puntos de agua para favorecer la estancia y la perviviencia de la especies es otra iniciativa. Consiste en “la limpieza de puntos de agua para facilitar la disponibilidad de agua para las perdices en determinadas zonas de la sierra”. Para ello se efectúan desbroces y la siega de la vegetación alrededor del punto de agua al que suelen acudir las aves para aplacar la sed. La perdiz pardilla mantiene la convivencia con el aprovechamiento ganadero.