Las monterías al jabalí siguen su curso por una y otra parte de la provincia en estas fechas con todas las prevenciones y medidas de seguridad fijadas con motivo del COVID-19, y que tiene su repercusión en la menor participación de cazadores, en el mantenimiento de las distancias y en el uso y limpieza de los útiles con hidrogeles y hasta en las comidas camperas con las que suelen rematarse estos eventos y que sirven para intercambiar, entre bocado y trago, las impresiones de la jornada. Pero los resultados siguen siendo satisfactorios, como el que dejó la operación que se desarrolló ayer en Robleda de Sanabria. Tomaron parte trece de cazadores que lograron abatir ocho ejemplares, dos de ellos de notable dimensión y con unas navajas de sensación.

Es a través de estas monterías como los cazadores llevan a cabo el control de una especie que prolifera en la provincia y a la que se atribuyen buena parte de los daños ocasionados en los prados e incluso en zonas de cultivo a los que acuden en manada para cebarse de raíces y frutos. Los cazadores desafiaron ayer unas rigurosas y gélidas temperturas pero, al final, con resultados positivos.