Un apicultor de Porto de Sanabria ha sufrido tres ataques del oso en el colmenar en menos de una semana. Como resultado ha perdido cinco colmenas. Javier Díaz Carracedo comunicó ayer a la Guardería Medioambiental del Parque Natural del Lago de Sanabria y Sierras de Porto y Segundera este tercer ataque de oso. “Ya tenemos asumido que el oso se queda con nosotros y si se queda que nos valoren todo lo que nos cuesta perder las colmenas y volver a ponerlas en producción”.

Los apicultores inciden en la pérdida de producción que supone perder colmenas en producción en las siguientes campañas. En estos momentos las colmenas están con la miel necesaria para que las abejas puedan pasar el invierno. El cajón, los cuadros, las cámaras de cría y todo el enjambre son las pérdidas que se indemnizan de acuerdo a las tablas de la Junta, pero que no recogen la pérdida de volver a poner en producción.

El primero de los ataques se produjo entre el sábado y el domingo pasado en el paraje de la Cárcova donde tumbó tres colmenas. El segundo ataque se registró en la noche del martes al miércoles, donde perdió otras dos colmenas. La última incursión fue la noche del miércoles al jueves pero remató dos de las colmenas que había atacado antes.

De manera urgente y provisional instaló uno de los pastores eléctricos entregados la pasada primavera a otro de los apicultores que sufrió daños en sus colmenas por el oso.

El colmenar de Javier Díaz tenía una pared de piedra de 60 centímetros y una malla de 1,50 de altura precisamente para evitar la incursión de fauna y del ganado de pastoreo extensivo. La barrera no ha sido suficiente porque el oso ha entrado y salido por lugares diferentes derribando el cercado. Hacia el mes de mayo este apicultor registró daños en otro colmenar pero no informó porque lo achacó al tejón, aunque posteriormente en la zona sí se certificaron daños de oso a otros apicultores. Precisamente, uno de los propietarios afectados por ataques este verano, José Bruña, teme nuevos asaltos a las colmenas en la misma zona. Por los rastros que ha dejado, el ejemplar “es más grande que el provocó los daños de la pasada primavera”.