El Ayuntamiento de Tábara, cuya Corporación preside el alcalde del PSOE Antonio Juárez Núñez, afrontará con carácter de urgencia la mejora de parte de la red de saneamiento de la villa para dar una solución viable y definitiva a los problemas de inundaciones que originan en alguno puntos del casco urbano las aguas pluviales cuando las lluvias son abundantes. Muy en articular en el otoño y la primavera. Una situación no agradable que los vecinos ya están cansados de sufrir año tras año.

La actuación para la mejora de infraestructuras básicas afectará la zona periférica de “La Chana” y más concretamente a la calle “Cañada de los Caballos”. Los vecinos consideran que “se trata de una de las obras más necesarias ahora mismo en Tábara y que ya se debería de haber afrontado hace muchos años puesto que cada vez que hay fuertes precipitaciones el agua no encuentra por donde salir y esto es un caos. Creemos que con esta actuación se pondrá fin al problema”.

El proyecto técnico de “La Cañada”, redactado por los arquitectos Eduardo Aguirre y María José Duque, aprobado por la Corporación Municipal, prevé una inversión económica, presupuesto base de licitación para su ejecución mediante contrata, de 65.3674 euros, que se cofinanciarán con fondos propios municipales, y una vez sean contratadas las obras la empresa que resulte adjudicataria de las habrá de realizar los trabajos en solamente dos meses, antes de la próxima primavera. El plazo oficial fijado para la presentación de ofertas finalizará el día 4 de enero de 2021.

La apertura de propuestas por parte del Ayuntamiento de Tábara y su contratación tendrá lugar una semana después con vistas a poder empezar los trabajos con la mayor celeridad.

Los técnicos redactores del proyecto de infraestructuras afirman que “la localidad de Tábara tiene que realizar una red de saneamiento para la recogida de aguas pluviales con el fin de evitar zonas anegadas en general y pequeñas inundaciones en La Cañada que suelen producirse cuando las precipitaciones de agua sin abundantes”.

Lo primero que habrá que realizar demolición y levantado del actual pavimento de hormigón en masa, de 15 a 20 centímetros de espesor, previo corte con disco de vidria, carga y transporte del material resultante al vertedero para su reciclado.

Acto seguido se abrirá una zanja en terreno de tránsito con la excavación de pozos en tierra. Se habilitará un pozo de registro de 1,10 metros de diámetro interior y 1,5 de profundidad libre, construido en fabrica de ladrillo perforado tosco de un pie de espesor recibido con mortero, colocado sobre solera de hormigón de 20 centímetros de espesor ligeramente armado con mallazo, enfoscado y bruñido por el interior con tapa de fundición tipo calzada y medios auxiliares.

El colector de saneamiento, enterrado, será de PVC de pared estructurada de color tierra. El sumidero para la recogida de pluviales en calzada, de dimensiones inferiores a 30 por 40 centímetros de profundidad, realizado sobre solera de hormigón. Una vez construida la nueva red se recuperará el pavimento con hormigón sin aditivos de resistencia a flexotraccion y consistencia plástica, colocado desde camión, extendido y vibrado mecánico y acabado maestrado. Se ha considerado unas cargas máximas por eje de 10 toneladas, aceptando un coeficiente de impacto de un 20%, quedando por tanto una carga de cálculo de 12 toneladas. El pavimento será de 20 centímetros de espesor.