Los vecinos de Otero de Sanabria sortean en su paseo diario los escasos 500 metros que separan el casco urbano del pueblo, un camino de baches por la circulación de camiones a la obra, de la nueva carretera de acceso a la estación.

“Yo tengo ganas de subir” comenta uno de los vecinos que se acerca hasta las obras y que repara en que lo que queda por hacer es poco. Señala la explanada trasera del edificio convertida en un barrizal y donde hasta la pasada semana se apilaba material de obra.

Todos los días observan que a media tarde “el tren para cinco minutos en la estación pero no se baja nadie. No pueden” señala este vecino, que está pendiente de volver a Madrid con su esposa. Es ella la que tiene más dudas de que la estación entre en funcionamiento en el mes de diciembre.

Viajar en tren y con la reducción de tiempo –salvo el contratiempo de tener que ir A Gudiña, a la comunidad vecina– “es más cómodo” reconoce el matrimonio. Para ellos, el único problema es que el acceso está sin hacer, concretamente la rotonda desde la carretera Nacional 525, porque la pista lleva hecha dos años y el acceso por el pueblo, no más de 500 metros, está a falta de bachear.

El edificio, que sobre el plano contemplaba su integración paisajística “no gusta” en general. La singular arquitectura sanabresa recogida ampliamente en el estudio no se refleja en ninguna de las caras del nuevo edificio, en tonalidades óxidadas.

El trasiego de trenes atrae la curiosidad de los vecinos, algún residente más actualmente de los que han alargado la estancia por la situación de pandemia sanitaria. Las balizas de plástico no son obstáculo para acceder al recinto y ver a tiempo real el avance de los trabajos.

La ejecución de la glorieta de distribución está sin empezar desde agosto, tras su adjudicación en 305.000 euros, sobre un presupuesto de licitación de 391.000 euros, a la empresa Infrestructuras Conelsan, tras la resolución del concurso convocado por el Ministerio de Fomento, Trasportes, Movilidad y Agenda Urbana.

La fecha de adjudicación es del 9 de agosto de este año y la publicación del 12 del mismo mes y el plazo de ejecución 1 mes y 15 días. Al concurso concurrieron 9 empresas a fecha de cierre de las propuestas, a 10 de junio de 2020, y obtuvo mejor valoración con un porcentaje a la baja del 22,01%. De los 45 días de plazo de ejecución de la obra quedan, a día hoy 28 de noviembre, 33 días para finalizar el año.

La preocupación vecinal es evidente porque la obra no está comenzada a finales de noviembre y el margen de ejecución de diciembre se antoja ajustado. Hay noticias de que se está planteando un acceso provisional por la calle del pueblo que se usa actualmente para entrar a las obras. La propuesta cuenta con el rechazo de algunos de los vecinos por ser de uso “peatonal” y no cumplir una anchura suficiente en algunos puntos que garantice la seguridad de los viandantes. La calle, a la entrada, no está preparada para el trasiego de coches y, menos, autocares. Aunque algunas de las viviendas están deshabitadas y deterioradas, hay algunas segundas residencias.

En su momento se denegó la colocación de resaltes para reducir la velocidad a la entrada del pueblo, por ser una carretera nacional y por el riesgo que entraña un vehículo parado en mitad de la calzada para hacer el giro a la izquierda, para los vehículos que vienen dirección Palacios, para entrar en la calle.

La vía, en su tramo urbano “no cumple la seguridad porque hay una anchura de 5 metros entre las casas, sin aceras y sin anchura suficiente” como apunta Oscar Ballesteros, vecino del pueblo que tiene delante de su casa la carretera y el cruce con la calle y que pidió resaltes para hacer frenar a los vehículos a la entrada del casco urbano. De momento ya se está comentando el nombre de la empresa pública que va a ejecutar el arreglo del camino.