“Estamos en fin de semana y no creo que vengan ya a arreglar el teléfono”. Después de diez días, los vecinos de la zona de Carballeda Alta continúan sufriendo el prolongado corte por una avería incierta que nadie alcanza a explicar y que afecta a un número indeterminado de “abonados” o usuarios.

Esos abonados tienen nombre y apellido. Ángel Vejo vive en Donado y fue el primero en enterarse de la avería. Se dio cuenta enseguida del corte del servicio telefónico. El jueves día 5 de octubre, sobre las 8.30 de la tarde, hablaba con su hija que reside en París, Araceli Vejo, cuando súbitamente se cortó la conferencia con la ciudad de la luz.

La suya, fue de las primeras llamadas para quejarse de la interrupción a la compañía telefónica. Muchos de los usuarios que mantienen la línea fija, son personas mayores con autonomía pero que es a través del teléfono que mantienen el contacto con la familia Ángel y su hija se telefonean todos los días cuando uno está en Donado y la otra en París. Ángel vivió muchos años en Francia, aunque “me gustó este pueblo” (por Donado). Su mujer era del pueblo de al lado, Muelas de los Caballeros. Tranquilidad es la palabra clave para preferir el pueblo a la ciudad.

“Nos vamos a marchar y el teléfono va a quedarse ahí averiado hasta la vuelta”, explica Araceli Vejo, quien precisa que su padre ha estado en todo momento atendido por una persona de Atención a Domicilio que ayuda a su padre, aunque tiene autonomía. Ella tenía programado el viaje desde Francia para estos días, con lo cual teléfono no le ha hecho falta a Ángel, que ha estado comunicándose a través del móvil de su hija.

Unas casas más abajo vive Catalina Lobato que se ha tenido que valerse de sus vecinas cercanas, que sí tienen móvil, para tranquilizar a sus hijos, ante la imposibilidad de que el teléfono fijo funcionara. Llamar a los hijos es el uso principal que se le da al teléfono de la vivienda. Aunque en algunos pueblos, sus titulares lo usan para hacer encargos a los comercios o vendedores ambulantes, en Donado tienen cubiertas todas las ramas de alimentación a través de las furgonetas de los vendedores, desde el pan hasta la carne.

La factura es otra queja de esta vecina, “he pagado 50 euros este mes y lo que realmente pago de llamadas es muy poquito, pagas más de impuestos y otras cosas que ni sé”. Ante este corte prolongado “no tengo móvil, pero ahora voy a coger uno”.

En el pueblo hay más casas con telefonía fija, pero la mayoría ya se han ido a sus lugares de residencia, generalmente en las ciudades, como Ángel que ha pasado la mayor parte del año en Donado y ahora viajará hasta París.

Los ayuntamientos, los paganos de todas las competencias impropias y los cortes de servicios ajenos a la municipalidad, también se preocupan de que a los vecinos no les falte este y otros servicios calificados de “básicos y de primera necesidad”.

Mientras la empresa titular del servicio en la zona afectada despliega en las ciudades alta tecnología 5G, Internet de las Cosas, hiperconectividad, inteligencia artificial, pantallas flexibles, tecnología de consumo, etc. no es capaz de mantener una conferencia entre Donado (España) y París (Francia).