El toque de queda impone que a las 10 de la noche ningún ciudadano pueda estar en la calle ni para llamar por teléfono. Pero en el pueblo sanabrés de Robledo arrecian las críticas por la falta de servicio de telefonía móvil e internet, tras pasar los meses de confinamiento saltándose la prohibición para salir de casa a llamar por teléfono.

La antena instalada desde el mes de octubre y a expensas “de un papel” sigue, en noviembre, sin entrar en servicio.

En estos momentos viven en la localidad entre 37 y 40 personas, con dos matrimonios que han decidido quedarse ante la situación sanitaria en sus respectivas comunidades de origen. Y no hay más “porque no pueden teletrabajar, porque hay personas que se quieren venir y tienen posibilidad de venirse a vivir, pero no tienen garantizada la cobertura de móvil ni de internet. Seguimos igual”, se lamentaba uno de los afectados.

Las dos soluciones que hay son implementar la señal con antenas domésticas o ponerse en La Cañada, a las afueras del casco urbano, para llamar por teléfono y conectar el ordenador.

El confinamiento que todos temen acarrea otro problema: “en el 90% de las casas no se ve ni La 1 ni La 2”, en alusión al servicio público de Televisión Española y a que los vecinos hicieron los cambios pertinentes ante el segundo dividendo digital, previsto para el 20 de junio de este año, pero sin resultado .

“Es un problema de potencia” que impide que la señal llegue a los televisores de Robledo señala una de las personas conocedoras de la situación.