Los viajeros de la comarca de Sanabria y Carballeda, lejos de acortar tiempo tras la apertura del tramo de Alta Velocidad de Zamora hasta Pedralba de la Pradería, se ven obligados a sumar una hora más de trayecto. Renfe, la expendedora de los billetes de tren, fleta 14 trasportes diarios –ida y vuelta- de estación a estación, de Puebla de Sanabria a A Gudiña, en la provincia de Orense.

Una de las personas que espera a la puerta de la estación señala que “¿para qué han abierto el tramo si no está terminada la estación?”. Un recorrido de 35 kilómetros y entre 35 y 40 minutos es lo que separa las dos estaciones y que obliga a los pasajeros de la comarca a retroceder hasta Galicia para para avanzar hacia Madrid.

Con noche cerrada llega el primero de los autocares que abre la semana laboral y cuya salida del aparcamiento de Puebla es a las 7,37 horas para llegar a la estación ourensana a las 8:11 horas, antes de las 8:22 horas, cuando está prevista la llegada del primer tren dirección Madrid. Desde la estación de A Gudiña hasta el intercambiador de Pedralba de la Pradería todo el recorrido es por la vía antigua y el tren sigue pasando por el centro de Pedralba. Si algo está medido en los trayectos por las vías férreas es el tiempo, salvo con los ineludibles retrasos.

El autobús recoge a los viajeros en la estación de tren de Puebla para llevarlos a A Gudiña. | Araceli Saavedra

En la estación de A Gudiña aguardan tres personas, dos de ellas para acceder al tren de Verín y de un pueblo de los alrededores. Desconocen que en Sanabria no esté operativa la estación y les llama la atención que “tengan que venir hasta Galicia” a coger alguno de los trenes que pasan por su comarca. Tampoco saben si en A Gudiña habrá una estación nueva para la Alta Velocidad. En la estación hay cámaras de seguridad pero no hay ni personal de estación ni máquina expendedora de billetes. “Por internet” han sacado sus billetes. El reloj de la estación está parado en la hora 10.

La única ventaja es que en Gudiña “siempre hay un taxi” y que hay un moderno panel electrónico. Los avisos son unos en gallego y otros en castellano. En Puebla, desde hace unos años “nunca hay taxi. En lugar de recorridos cortos prefieren las aseguradoras. Ya puedes llamar que ni vienen”, comentaba recientemente en la estación una de las usuarias.

Uno de los supervisores comenta a la conductora del autocar “no te dejo a nadie”. No hay pasajeros procedentes de Galicia tampoco para la vuelta. La conductora limpia el interior del autocar para los nuevos pasajeros, además de extremar las medidas de prevención sanitaria anticovid.

El trasporte regresa para recoger a las 9:14 a los pasajeros, esta vez sí suben tres viajeros en autocar hasta la estación gallega para coger los trenes dirección Galicia o dirección Madrid, uno de los viajeros va a Orense.

Los dos Alvias pasan por el intercambiador de Pedralba, primero el que sube a Galicia. Luego el que va a Madrid, en su interior los dos viajeros que casi una hora antes estaban en Puebla esperando el autocar que los llevaría al tren.

El tren llega al intercambiador de Pedralba. Araceli Saavedra

Algunos se lamentan de la situación en la que queda Puebla, en la que llegó a haber cuatro personas trabajando, jefe de estación incluido. La interrogante es saber qué pasará con la estación una vez que en 2022 finalice su declaración como servicio de interés público.

A lo largo del camino de vuelta, los viajeros contemplan las estaciones de Lubián (cerrada), Pedralba (cerrada) y Requejo (en ruina y cerrada) antes de llegar al intercambiador donde cuatro operarios preparan la maniobra para un tren que entra despacio, a paso de tortuga, para luego coger velocidad desde Otero. La otra estación de la comarca, aparte de Puebla, es Robledo emplazada en la vía antigua y que corre la misma suerte que sus hermanas, cerrada y en estado de deterioro. La vía nueva hasta el viaducto de Requejo aún está inoperativa, como todos los túneles que atraviesan la Sierra Segundera, puerto de montaña hasta Galicia”. Del recorrido desde Otero a Zamora “no te enteras” de la rapidez con que circula.

En la parte trasera de la estación de ADIF de Otero de Sanabria continúan las obras, a la espera de que los viajeros vean cumplido el plazo de su apertura en diciembre y sin resolver problemas como el trasporte público desde la estación a los núcleos principales ni el acceso que ahora se hace por una calle del pueblo que lleva a un camino plagado de baches y charcos, que seguro que el ministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana experimentó.