El regreso a la normalidad de la población buitrera y carroñera, en cuanto a que se busque el alimento cada día en el territorio que habita, es una circunstancia perseguida por gestores de la conservación que apuestan porque la avifauna salga adelante cada día merced a sus instintos y capacidades. Es un retorno a la vida de siempre, sin anclarse a comederos establecidos al efecto.

La provincia de Zamora está a la cabeza en la gestión que facilita al reino de las especies necrófagas alzar el vuelo cada mañana o rastrear los campos para nutrirse gracias a la autorización que tienen más de doscientos ganaderos para dejar en el campo los cadáveres de los animales que mueren en sus explotaciones. Son cuerpos que buitres, alimoches, milanos y otras muchas especies aprovechan al máximo para matar el hambre y seguir el ciclo de la vida. “Ni los huesos quedan. Hasta las propias ovejas los aprovechan para abastecerse de calcio” expresa el ganadero Alonso Santos, de Fariza, con autorización para destinar animales a la fauna. “El jabalí está entre los primeros que llega a los animales” señala Manuel Bárbulo, de Fornillos de Fermoselle”, también con autorización para dejar cadáveres a mano de los seres silvestres.

Un buitre con un gran trozo de hígado de oveja . | J. A. G.

Son “unos 207” los ganaderos zamoranos, repartidos por toda la geografía provincial, los que cuentan con permiso según dato facilitado por la Junta de Castilla y León. “Castilla y León es la comunidad que más explotaciones ha autorizado y tiene las mejores poblaciones de aves y de necrófagas. Me consta que las personas que lo llevan son competentes. Dejar cadáveres en el campo también es beneficioso para el lobo y oso, porque reducen la presión sobre otras presas” expresa el doctor en biología Rubén Moreno, técnico especialista en la conservación de la biodiversidad en el ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Un grupo de buitres junto a unas ovejas en Cibanal. | L. O. Z.

El uso de animales muertos en beneficio de la fauna es una reclamación persistente incluso de los ganaderos, que aseguran que la hambruna lleva a los animales silvestres a acosar al ganado doméstico y hasta a matar animales que se hallan en un situación débil, como son los partos complicados que dejan a las madres exhaustas.

“Los muladares han permitido salvar a especies que al día de hoy tienen una población bastante estable y un buen estado de conservación”, señala Moreno, que considera que corren momentos favorables para “intentar asemejar las condiciones naturales que han hecho convivir y subsistir a ganaderos y buitres, y que tienen efecto beneficioso a nivel sanitario”. En su criterio, hay que apostar por “el modelo” de ayudar a los buitres con el abandono de cadáveres en el campo, especialmente en las Zonas de Especial Protección para la Alimentación de Especies Necrófagas (Zepaen).

Zamora destaca en nutrir a necrófagas con animales que echan los ganaderos

Los muladares son una herramienta muy importante de conservación, y aseguran que las especies a las que va dirigido tienen recurso seguro, que no cogen presas intoxicadas y contaminadas, y fija población inmadura, pero no es necesario hacerlo de forma generalizada . Hay comederos que sirven para gestionar bien los cadáveres pero lo ideal es volver a un escenario natural y que las poblaciones se ajusten a la capacidad de carga y de recursos” expresa el especialista. Asegura, asimismo, que “no puede coger y acabar con los muladares en un día para otro y lo que se hace es que el cambio sea progresivo, que se vayan reduciendo los muladares operativos y compaginando con aumentar las explotaciones en el campo”. Hace especial hincapié en que “se aseguren las buenas condiciones sanitarias de las explotaciones para el abandono de animales muertos”.

El ganadero Alonso Santos muestra su contrariedad porque no pueda dejar ovejas muertas por el campo al haber cubierto el cupo “del 5%” que tenía fijado, lo que le obliga a entregar las nuevas muertes a la recogida para su incineración. Una cuestión que sorprende a Moreno para quien “lo ideal sería que la explotación autorizada aportase durante todo el año”.

“Lo ideal es volver a un escenario natural y que las poblaciones se ajusten al nivel de carga y recursos”

Rubén Moreno - Técnico de Biodiversidad

Para el biólogo ”es fundamental el papel del ganadero, que se involucre y que, por abandonar cadáveres para la fauna, obtenga un beneficio en el bolsillo, un ahorro de dinero de seguro de recogida de cadáveres”. Respecto al aprovechamiento de los huesos que realizan animales silvestres manifiesta que “el carbonato cálcico es superdeficitario en la naturaleza y los ungulados los consumen especialmente”. El ganadero Manuel Bárbulo afirma que “hay ganaderos que prefieren no solicitar la autorización para eludir el papeleo”, y asegura que no supone ahorro porque “se sigue pagando el seguro”.

El ganadero de Tudera, José Luis Pascual, ha solicitado en varias ocasiones autorización para dejar cadáveres en el campo pero sin lograrlo. “Me lo niegan porque somos explotaciones semiintensivas o por pedir subvención para mejora de instalaciones” afirma, y pone de relieve que “los ganaderos sabemos tras de lo que andamos porque vivimos de esto y si no tienes enfermedades qué mejor que entregar los animales a los buitres en vez de al camión”. “Estos se acaba porque nos dan por todos los lados. Los problemas son grandísimos para dar de baja animales devorados por la fauna porque comen hasta el bolo. Si mueren por la noche a las diez de la mañana solo queda el pellejo, si lo encuentras”, expresa

Los Datos

  • Especies necrófagas. De interés comunitario el buitre leonado, el buitre negro, el alimoche, el quebrantahuesos, el águila imperial ibérica, el águila real, el milano real y el milano negro. Más un importante número de rapaces diurnas y nocturnas.
  • Regulación. Alimentar determinadas especies de fauna silvestre con subproductos animales no destinados a consumo humano está más que regulado por la normativa. El objetivo es garantizar la preservación y la protección de las especies silvestres.
  • Animales no enfermos. El material alimentario para la fauna debe proceder de animales que no se hayan sacrificado ni hayan muerto como consecuencia real o sospechada de una enfermedad transmisible a los seres humanos o los animales.
  • Registro del ganadero. El responsable del comedero debe llevar un registro que contenga, al menos, el número, especie, identificación de los animales, peso estimado y origen de los cadáveres de las especies usadas para la alimentación en el comedero y las fechas en las cuales se realizan estos aportes.
  • Paraíso de Aves. Zamora es una provincia de gran patrimonio ornitológico en buena parte de su geografía.