Tomás Mezquita Mateos, uno de los empresarios más históricos y queridos de  la Raya de España y Portugal, falleció el pasado viernes a los 83 años de edad. Aliste y los alistanos le dieron su último adiós en la iglesia parroquial de San Víctor de San Vitero el pasado sábado.

El señor José, un nonagenario de la ribera alistana cliente y amigo de toda la vida le recuerda emocionado y con cariño: “Tomás tenía un don especial, sólo con mirarle a la cara y hablar con él sabías que era muy buena gente, inspiraba confianza, si te daba una palabra la cumplía. Era un hombre de palabra y de hechos, los tratos con él llevaban el sello de la confianza mutua. Si necesitabas algo te decía la próxima vez que venga te lo traigo y te lo traía. A mi en un Veintiocho (Feria de cada 28 de mes en Gallegos del Río) me hacían falta unos zapatos para San Pedro y sólo había llevado dinero para pagar las cuotas (Seguridad Social) al corresponsal de Domez. Tomás me dijo, pagale a él y llévate los zapatos, ya me los pagarás cuando vaya a tu pueblo. Gracias a él pude estrenar zapatos en la fiesta del pueblo. Eso lo llevo en el corazón, no lo olvidaré mientras viva: yo era el mayordomo de la parroquia y tenía que abrir la procesión con la Cruz de Plata y todos se iban a fijar en mi, como para levar zapatos viejos”.

Fue uno de los “niños de la guerra”, alistanos llegados al mundo en unos tiempos revueltos donde cada uno, incongruencias del destino y de la vida, tierna y dura infancia a la vez, a parte de partir de cero habría de hacerlo a contracorriente entre las penurias, la miseria y el hambre de la Guerra Civil.

Tomás Mezquita Mateos nació en la localidad de Rábano de Aliste en el año 1937 y formó familia con Remedios Fuentes del pueblo de Ribas (municipio de Viñas), una familia de la que nacieron tres hijos, Luis, Angelines y Carlos, que ahora siguen con el negocio. Era gran devoto y habitual su presencia preparando y participando en las romerías del “Cristo de Marzo” (San José) y “Cristo de Septiembre” (Santa Cruz). El párroco Teo Vicente reconoce su labor: “Durante mucho tiempo estuvo estuvo haciendo la labor de tocar las campanas, preparar las cosas del altar, recoger después de la misa y abrir y cerrar la iglesia”. Fue él ademas presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionistas “San Víctor” de San Vitero.