Los actuales propietarios de la dehesa de Valmasedo presentaron una demanda en el Juzgado de Paz de Tábara reclamando como suyos los caminos que discurren por parte de la extensa finca, durante muchos años propiedad de la nobleza, concretamente de la familia de los Martínez de Irujo, que fueron durante varias generaciones del pasado siglo XX los grandes terratenientes en la margen derecha del río Esla y dueños de la totalidad, pues ahora una parte se agregó a Valmasedo.

El alcalde del PSOE Antonio Juárez Núñez expuso a la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Tábara, en el transcurso del último pleno ordinario celebrado este mes de octubre, la situación sobre la demanda interpuesta y sobre los caminos en cuestión. Señala que “a criterio del ayuntamiento son caminos comunales”, algo en lo que coinciden la práctica totalidad, tanto de los ediles, como de los vecinos tabareses, conscientes todos ellos, como afectados directos, que de reconocérsele a los propietarios de la Dehesa de Pozos la propiedad de las vías rurales causaría muy graves y grandes trastornos y perjuicios para la villa, pues podrían incluso cerrarlos.

La finca en litigio, más conocida como la “Dehesa de Pozos”, en la actualidad abarca una superficie geográfica dentro del término municipal de Tábara de 429 hectáreas y 31 centiáreas, de las cuales 424 corresponden a la propiedad privada y las restantes 5 hectáreas y 31 centiáreas, serían aproximadamente el espacio ocupado por los siete caminos que discurren por su interior.

En la actualidad aparece como propietaria de la histórica “Dehesa de Pozos” (parte desmembrada) la entidad mercantil y sociedad limitada “Alfa Europa Eco”, a la que llegó oficialmente bajo el número 2010 mediante escritura de condominio, segregación y adjudicación.

En realidad, antaño se trataba de una gran finca rústica de mucha mayor extensión integrada por diferentes parcelas que a lo largo del siglo XX y XXI y se han ido agrupando o segregando, en función de los propietarios por los que ha ido pasando a lo largo de su extensa e intensa historia.

La zona tabaresa ahora en conflicto es una tercera parte de la antigua Dehesa de Pozos vendida años atrás por uno de sus propietarios, miembro de la familia de los Martínez de Irujo, al dueño de la cercana Dehesa de Valmasedo (Faramontanos de Tábara) con la que linda. En su día se habría autorizado desde el organismo correspondiente a vallar dicha parcela rústica y añadirla a la Dehesa de Valmasedo, pero obviamente siempre dejando libres todos los caminos existentes. Desde la Villa de Tábara se afirma sin dudar que los caminos en cuestión están incluso incluidos en los planos de la concentración parcelaria de Tábara, culminada ya hace varios años.

Los actuales dueños interpusieron una demanda a través de “Juicio de Conciliación” en el Juzgado de Paz de Tábara para que el Ayuntamiento de Tábara se aviniera a reconocer los hechos incluidos en dicha demanda, que los caminos son propiedad del recinto adehesado.

Al juicio de conciliación asistió el propio alcalde Antonio Juárez, acompañado de su letrado para defender los intereses legítimos del pueblo y de los vecinos de Tábara, por lo cual no se avino a las pretensiones establecidas por la entidad mercantil demandante que reclama los caminos, con lo cual terminó el procedimiento de avenencia sin acuerdo entre la propietaria de la finca y la institución municipal.

Antonio Juárez ha considerado que “el hábito de utilización que se haya podido establecer a través de los años no otorga el derecho sobre unos caminos que son propiedad del pueblo” al que representa, y en el acto de conciliación el regidor ha mantenido su convicción de que “los caminos referidos son propiedad del municipio de Tábara y sirven como caminos comunales, para aquellos vecinos que puedan necesitarlos cuando tengan que acceder a su propiedades”.

El alcalde de Tábara, a la izquierda, junto a su abogado en el Juzgado de Paz Ch. S.

Retrocediendo un periodo de 87 años en el tiempo, durante la Segunda República, allá por el año 1933, dentro del “Registro de la Propiedad Expropiable”, aparecía la extensa “Dehesa de Pozos” (Tábara) con una superficie de 939 hectárea, heredada el 28 de abril de 1931 por Carlos Martínez de Irujo y Artacoz, hijo de Pedro Martínez de Irujo y Caro.

Al morir, ya durante la contienda de la Guerra Civil, más concretamente en el año 1937, la propiedad pasaba a su hermano Ignacio Martínez de Irujo y Artacoz (XI Duque de Sotomayor), casado con Antonia Celina Crespo y Rayband. Al morir Ignacio, en el año 2011, pasaba entonces a su hijo Carlos Martínez de Irujo y Crespo (XII y VII Marqués de la Casa Irujo), casado en segunda con María Avelina Conde y León (Duque de Sotomayor).

En dicho registro aparecía entonces otra “Dehesa de Mangas”, ésta situada concretamente en el término de Faramontanos, colindante con Tábara, la cual tenía una extensión de 610 hectáreas, heredada el 30 de junio de 1910 por Pedro Martínez de Irujo y Caro (X Duque de Sotomayor) e hijo de Carlos Martínez de Irujo y del Alcázar, casado con Ana María de Artacoz y Labayen. Como anexos de “Mangas” estaban el “Monte Cuadernas” con 110 hectáreas de terreno, “La Vallina” con 114 y “La Picota” con 272 hectáreas.

Aparte y en la misma zona se citaba a la dehesa de “Valmasedo” en Faramontanos de Tábara con 1.100 hectáreas, que es a la que se ha unido la parte desmenbrada de la Dehesa de Pozos.

Ademas se citaba “Quintos”, en Moreruela, con una terreno 340 hectáreas y, en este mismo pueblo “Tardajo”, con 411 hectáreas, heredada por Francisco Javier Martínez de Irujo y Artacoz hijo de Pedro Martínez de Irujo y Caro el día 28 de abril de 1931.

En Moreruela de Tábara en aquella época había otras tres dehesas: “Requejo” con 900 hectáreas, “Quintanilha” de 550 y heredada el día 26 de enero de 1915 por la Fundación “Sierra Pambley”, y finalmente “ Misleo” con 1.000,6 hectáreas, dote el 28 de marzo de 1913 para María Dolores Queral y Bernaldo Quirós (XVIII Condesa de Cifuentes e hijo de Juan Bautista de Querol y Buicarel, que falleció en el año 1873).