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Con un infarto durante una semana en Latedo y sin atención médica

Una vecina de Latedo sufre “daños irreversibles” en el corazón tras estar una semana en casa sin diagnóstico hasta que un particular la trasladó al centro de salud de Alcañices

Con un infarto durante una semana en Latedo y sin atención médicaCh. S.

Ángela Lorenzo, una mujer de Latedo de 75 años, permaneció durante una semana en su casa con un molesto dolor en el pecho, que resultó ser un infarto de miocardio, sin que desde el centro de salud de Alcañices consideraran necesario desplazarse, pese al requerimiento de la paciente. La justificación fue que “están para emergencias y solo disponen de una ambulancia para la zona de Aliste y que buscara un particular para llevarla”. Cuando, una semana después, la señora acudió al centro de salud porque no cesaba el dolor, inmediatamente fue derivada en ambulancia a Zamora y posteriormente a la Unidad de Coronaria de Salamanca “con daños irreversibles en el corazón”.

Su hija, Mónica Pérez, ha presentado una reclamación ante la Gerencia de Asistencia Sanitaria, a la vez que lamenta la “indignante falta de medios y las terribles consecuencias del cierre de consultorios rurales. Se está dejando morir a la gente; es así de grave”.

Los hechos se remontan al día 13 de septiembre cuando a las 3.00 de la madrugada Ángela llama al centro de salud de Alcañices quejándose de un dolor en el pecho. “La respuesta que recibe es que tome algún analgésico que tenga de otras veces, como Paracetamol o Nolotil, que ellos están para emergencias y solo disponen de una, ambulancia en la zona de Aliste, y que buscara ayuda de un particular para llevarla al centro de salud”.

Tras pasar unos días con el dolor y con descompensaciones de la tensión arterial, el 21 de septiembre la señora queda con una persona para que la lleve hasta el centro de salud de Alcañices. No obstante unas horas antes, al seguir sin encontrarse bien, llama de nuevo “y le dicen que le pasan con una doctora, pero se corta la comunicación y no recibe ninguna llamada de respuesta. Posteriormente alegan que no tenían el teléfono bien apuntado” cuenta Mónica.

Cuando ese mismo 21 de septiembre un particular traslada a la señora desde Latedo hasta Alcañices, allí le hacen un electrocardiograma e inmediatamente es derivada de urgencia al Hospital Virgen de la Concha en Zamora, pues ha sufrido un IAM (infarto agudo de miocardio).

“Al día siguiente, 22 de septiembre, como en el hospital de Zamora no hay Unidad de Coronaria, es trasladada al Hospital de Salamanca con daños irreversibles en el corazón” relata su hija. “Los médicos nos dijeron que esos daños podían haber sido menores si se le hubiera atendido antes”. Como relata su hija en la reclamación, el resultado de la lesión es “un tercio del corazón sin riego y la colocación de tres stents. Nos explican que el tiempo que pasó desde que sufrió el infarto hasta que se intervino había sido demasiado para poder hacer más y que su estado era crítico a su llegada a Salamanca”.

Mónica Pérez advierte de la “gravedad” de una desatención “que podía haber acabado con la vida de mi madre”. Y denuncia las consecuencias del cierre de los consultorios de los pueblos desde que empezó la pandemia. “El nuestro es un ejemplo más de cómo por el COVID se están dejando de atender otras patologías no menos importantes y poniendo en peligro vidas. Es así de grave”.

La vecina de Latedo se recupera de la lesión coronaria en Vizcaya, junto a su hija, tras ser trasladada en ambulancia desde Salamanca y después de haber superado el positivo en coronavirus. “Si he presentado la reclamación es para que las autoridades sanitarias sean conscientes de lo que está pasando, que se pongan los medios necesarios para que hechos así no se repitan porque en el caso de mi madre sufre daños irreversibles en el corazón que se podían haber evitado”.

Mónica Pérez no pone en cuestión “a los profesionales, que trabajan en unas circunstancias muy difíciles, sino la falta de medios que estamos pagando los pacientes y muy especialmente en los pueblos, donde es vergonzoso que se hayan mantenido tantos meses con los consultorios cerrados y sin que pasen por allí los médicos”.

Asegura que el caso de su madre “es uno más de tantos que se están viendo ahora” y anima a denunciarlos públicamente y a presentar reclamaciones “para que de una vez se tomen medidas con más personal sanitario”.

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