Cazadores de Alcorcillo con el animal cazado. | Ch. S.

Jabalíes cazados en Pino del Oro. | Ch. S.

Los cotos de caza han recuperado con la llegada del otoño la actividad cinegética en una nueva temporada de caza mayor que se extiende desde el 27 de septiembre al 28 de febrero, marcada por una abundancia de fauna salvaje aún superior a la de otras campañas que hace más necesario el control cinegético de las poblaciones de jabalíes, corzos y ciervos. El día 24 de septiembre una manada de jabalíes originaba un accidente en la carretera Nacional 122 en Trabazos, donde moría un ciudadano portugués. Se ven camadas de hasta 8 y 10 nuevos, con hasta 40 kilos de peso.

Fue la de 2020 una primavera marcada por dos factores que contribuyeron al nacimiento y cría, por un lado la abundancia de alimentación para los herbívoros debido a las abundantes lluvias, y por otro la falta de actividad humana durante los meses de primavera debido al confinamiento, que favoreció la cría de los animales silvestres.

Los cazadores del coto de Santa Ana fueron los primeros de Aliste en salir al campo con más o menos fortuna, pues abatieron cuatro jabalíes de unos 24 kilogramos de media. Los perros movieron dos piaras de más de una veintena de animales en un día con mucho viento, por lo cual se esperaba mal en los puestos y solamente se efectuaron 14 disparos. Eso sí, no faltó la buena comida y el buen ambiente.

En Alcorcillo los cazadores alistanos se tiraron al monte ayudados por numerosos perros de una rehala traída desde Galicia, pero solamente se pudo abatir un jabalí.

En Pino del Oro, a la vera de los Arribes del Duero, salieron en torno a 12 jabalíes de los cuales cuatro fueron cazados y ocho escaparon.

Las tres cacerías fueron organizadas por una empresa radicada en Alcañices que organiza las batidas de tal forma que se puedan cumplir todas las medidas sanitarias contra el COVID-19.

El pasado fin de semana una de las cacerías más exitosas tenía lugar en Villalcampo, muy cera de la central hidroeléctrica. Estaba autorizada la caza de un lobo ibérico y ello actúo como reclamo que atrajo a 67 cazadores y a rehaleros, batidores y organizadores hasta alcanzar el centenar de asistentes. Se contó con rehalas de Zamora, Valladolid, León y Portugal. Más de cien disparos se hicieron y se capturaron 21 jabalíes, aunque “se abatieron muchos más, pues algunos cayeron malheridos al Duero”.

Los grandes almuerzos que suelen seguir otros años estas jornadas de caza tuvieron que ser sustituidos por unos bocadillos con refresco y comidos de pie en pequeños grupos. Tanto los agentes de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León como de la Guardia Civil, aparte de controlar el buen desarrollo de las cacerías también tienen que vigilar que se guarden las distancias de separación, que todo el mundo lleve las mascarillas puestas y evitar aglomeraciones.

LOS GESTORES DE LOS COTOS SE ORGANIZAN PARA COMBATIR EL FURTIVISMO

Prácticamente todos los pueblos tiene un terreno cinegético, con la excepción de Samir de los Caños que al contar con mucho territorio tiene dos, y colindante con dicho pueblo el de Lober y Tolilla, pueblos más pequeños que gestionan en conjunto un coto de 1.26318 hectáreas donde en su día fueron cazadores ilustres del fútbol, algunos ya fallecidos, como el holandés Johan Cruyff y Neeskens del Barcelona, o Jesús Castro del Sporting de Gijón.

Ya ne tiempos mas recientes la caza en Aliste atrajo a toreros como Jesulín de Ubrique que cazó un ciervo en Puercas.