El río Negro es una de las mecas fluviales de Javier Morales, por cuya correcta gestión lleva lustros pugnado sin que hasta la fecha no vea otra cosa que invasión de especies exóticas y negligencias.

“En el Negro aceptar una gestión piscícola basada en datos científicos supone proponer la suspensión temporal de esta actividad aguas arriba de la carretera ZA-P-2657 en Santa Eulalia del Río Negro; hasta que la situación desfavorable para las truchas se revierta. Y para que sea un periodo breve es necesario ayudar a la recuperación trabajando en una serie de medidas de restauración de hábitats y regulando de forma eficaz las extracciones de caudal, descastando las poblaciones de perca-sol y cangrejo señal y realizando las necesarias obras para cumplir con la obligatoria depuración de las aguas negras en los pueblos ribereños” expone.

Asegura que “otras medidas intermedias permitirían adecuar la actividad piscícola con los valores naturales del río Negro. Algunas como reducir el periodo pescable, la extensión de los escenarios, la creación de reservas parciales para la biodiversidad donde se prohíba pescar pisoteando el interior del río o seguir permitiendo la pesca del cangrejo con la excusa de que serán los pescadores los que controlarán la población invasora. Todo esto, aunque beneficioso, sería simplemente un parche parcial y supondrá meter al río en una dinámica irreversible de degradación, incompatible con su valor natural. Muy sobresaliente en la geografía zamorana”.

Resalta que “el tiempo apremia y, como se diría de una forma clásica, hay que pasar de las musas al teatro, y de forma acelerada si queremos llegar a tiempo con las soluciones. Es necesario en los próximos años mejorar las poblaciones antes de seguir siendo sometidas a explotación de pesca. Un pequeño esfuerzo sin pescar algunos años dará viabilidad en el futuro a los principales valores ambientales”.

Teniendo en cuenta la relevancia de la población de náyades (la más importante de CyL), la escasa importancia de la pesca en esta ribera (cotos muy poco o nada visitados, y no arraigada entre los ribereños), y el precario estado ecológico actual debe priorizarse la conservación sobre el deporte. Así se ha transmitido de nuevo, con el debido debate y discusión de datos que es el procedimiento adecuado aplicando el método científico, a la Consejería de Fomento para que modifique de urgencia la orden de pesca para 2021 en el Negro. No se puede seguir confiando en el voluntarismo y la buena suerte como única línea de progresión, se debe abordar una línea de trabajos profesionales. Hay que luchar para conservar la biodiversidad como patrimonio de todos los zamoranos y dejar de esperar a las musas.