Plataforma instalada en el Duero, en Villaralbo. | L. O. Z.

La trucha muestra signos de recuperación de sus poblaciones en los ríos regulados de la provincia de Zamora. Esta reversión del declive es recibida más que con alegría por los pescadores por tratarse de la pieza reina de los aficionados a la caña y uno de los emblemas de los ríos saludables.

Es el resultado reflejado en las estadísticas elaboradas por la Junta de Castilla y León con las muestras realizadas en el periodo del año 2014 al 2019, y del que se informó en el Consejo Provincial de Pesca celebrado el martes.

Este auge de la especie ha llevado a la Asociación de Pesca de Sanabria Carballeda a solicitar que se declaren una nueva zona de aguas en régimen especial controlado (AREC), en el río Castro.

Como factores favorables para esta mejora de la población de trucha en los cursos trucheros se mencionan la pesca de las grandes truchas -consideradas como grandes predadoras- la calificación de la especie como preferente, que ha implantado la pesca sin muerte en buena parte de los tramos, y al limitado cupo fijado en los cotos de pesca.

El presidente de la Asociación de Pesca de Sanabria-Carballeda, Manuel Mateos Pedrero, se muestra convencido de que la captura de las grandes piezas “favorece el mantenimiento” de la especie. Repara en su naturaleza predatoria y en que “las grandes se comen a las pequeñas” tan indicado en el refranero: el pez grande se come al chico.

“Es algo que cae de peso”, expresa Pedrero, y hace mención, para dar fe del saturnismo que se da en la trucha, a un caso dado en el regato de Villarino de Sanabria. “Había una trucha de un kilo y medio en una poza y en kilómetro y medio, aguas arriba y aguas abajo, no había ni un pez” dice.

El río Castro, al que pretenden reincorporar para la pesca, lleva más de una decena de años vedado a la captura de trucha con muerte. Es un río truchero sobre el que se ha actuado en algunas barreras para facilitar la movilidad de la vida piscícola, aunque sus aguas no ha escapado algunos impactos derivados de la construcción del AVE,

Pedrero sostiene que “la extracción” de las grandes piezas supone una mejora para la especie por la incidencia que tienen estos voraces ejemplares sobre el resto.

También se puso en conocimiento del Consejo provincial de Pesca la existencia de pastores eléctricos “que se meten en los ríos”. Son tendidos dispuestos por los ganaderos para evitar la salida de las reses de estos cercados y con los que se tropiezan los pescadores en una y otra cuenca donde existen praderas y aprovechamiento de pastos, como es la zona del la vertiente del río Castro, desde Requejo a Puebla, y del río Tera, en Galende.

Asimismo se pidió que la Confederación Hidrográfica del Duero instalara una barandilla en la escollera que existe en la zona de baño de Castellanos.

Igualmente se aludió a la necesidad de intensificar algo más el control sobre los cormoranes y del visón americano para frenar sus perjuicios en las especies piscícolas, una actuación que puede llevarse a cabo en las colonias que forman, en lo tocante a las aves, en zonas de embalses.

Otra cuestión expuesta en el Consejo de Pesca tuvo que ver con la renovación de los representantes de las asociaciones de pesca, que deberá llevarse a cabo en el 2021. Aunque correspondía este año, quedó pendiente por los imperativos de la pandemia del COVID-19.

Aunque sobre la información del número de licencias de pesca, al igual que de caza, no existe una información transparente por parte de la Junta, que ha retirado los datos provincializados de sus portales, Mateos señala que el COVID impulsó “mucho” la solicitud de licencias.

Otra cuestión que se puso sobre la mesa hacía referencia a los problemas que se da en algunas zonas de baño, que no están catalogadas como tales, pero donde coinciden los bañistas con los pescadores. Son zonas elegidas en ocasiones para que los niños o los jóvenes practiquen y se inicien en la pesca.

Los pescadores trasladaron a los representantes de la Junta de Castilla y León en el Consejo su deseo de que se implique más en el apoyo a los pescadores que representan a la comunidad en los campeonatos nacionales e internacionales.

Es una petición que se hace por la pobre imagen que da quien toma parte en estos eventos sin equipo humano ni distintivo alguno cuando otras comunidades van con pescadores integrados en equipos, identificados con ropa, logos y otros emblemas.

Castilla y León está representada por un pescador zamorano que viste con ropa donada por una armería.

Mientras hay comunidades que los equipos van reforzados con capitanes y auxiliares que informan a los pescadores de los pormenores, el representante zamorano, que lo es de Castilla y León, se siente como un David contra Goliat porque debe asistir a los sorteos e ir corriendo a los puestos para defenderse por sí mismo. Quienes van arropados son informados de los cebos que utilizan los competidores y son más efectivos -porque tienen la posibilidad de verlo- así como de otras cuestiones.

El representante zamorano únicamente recibe el apoyo económico de la Federación de Pesca, pero cuando va con otros todo resuelven de su bolsillo, “pagando a escote” residencia, traslados y manutención. “La Junta hace lo que puede” expresa el pescador zamorano, que prefiere mantener el anonimato. Pero son los representantes de las asociaciones quienes han transmitido en el Consejo provincial de Pesca esta situación porque lo consideran un exponente del miramiento que se da al sector, como que el hecho de que esté representado en el Consejo por una persona del área de la Caza y no de la Pesca.

La limpieza de ríos y cauces es otra petición que, como es habitual, suena en cada Consejo provincial de Pesca.

“LAS PLATAFORMAS DE VILLARALBO ESTáN QUE METEN MIEDO, CON CLAVOS PARA ARRIBA Y GRAN PELIGRO”

De nuevo salió a colación la necesidad de una intervención en el escenario de pesca de Villaralbo, donde se reclamó, como en anteriores ocasiones, “que se hiciera una actuación de limpieza por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero”.

Carlos Taranilla resalta que “es una zona de mucho interés para los equipos deportivos de pesca”. Los pescadores piden “el arreglo de las plataformas, que están que meten miedo y con peligro de accidente porque están inestables, con pinchos y clavos hacia arriba, e inclinadas a consecuencia de las riadas que se dan el Duero.

El mantenimiento de estas infraestructuras es una petición repetida año tras año, de momento sin atención. Se pone de manifiesto que ni siquiera se sabe quién es el titularidad de estas infraestructuras. “Alguien tuvo que cobrar ayuda o subvención, y él será el titular” indican.

Fue un escenario convertido en un lugar de práctica de la pesca más que interesante para los pescadores que sufre el abandono. En la actuación “se podría adecentar el lugar porque va un camino desde las plataformas hasta la presa y sería muy bonita la zona para abrir puestos de pesca”. A falta de mejor escenario los pescadores optan por elegir otros destinos como Castronuño e incluso el embalse de Santa Teresa (Salamanca), y hablan de desplazarse a Portugal.