Sanitario encargado de practicar PCR desinfecta su equipo. | A. S.

El aumento de casos de PCR positivas por COVID-19 en la provincia de Zamora llevará a las autoridades sanitarias y a los Cuerpos de Seguridad del Estado a intensificar la vigilancia para que las personas que deben permanecer en cuarentena por tener el virus o haber estado en contacto con un caso positivo respeten estas medidas y no abandonen sus domicilios. Ya sucedía esta semana en Salamanca, donde la Policía Local no pudo encontrar en sus casas a 81 ciudadanos con PCR positiva, tras lo cual las autoridades abrieron los correspondientes expedientes sancionadores y solicitaron el confinamiento por orden judicial de todas estas personas.

Desde el mes de agosto, cuando los pueblos de Zamora se llenaron de veraneantes y comenzaron a surgir los primeros casos de COVID-19 en el mundo rural, y la llegada de personas que previamente habían estado en contacto con algún positivo en coronavirus, comenzaron a escucharse quejas de los alcaldes en varios municipios pequeños. “Aquí todos nos conocemos y sabemos quién se ha hecho una PCR y tiene que estar en casa los 14 días de rigor, pero no tenemos comunicación oficial de Sanidad, ni nosotros ni la Guardia Civil de la zona, y por lo tanto no se les puede multar llegado el caso, solo afearles la conducta, pero si no hacen caso al médico ni a la rastreadora, al alcalde tampoco. Y la gente que vive aquí tiene miedo, nos pide que hagamos algo porque en los pueblos lo que hay es sobre todo gente mayor, en edad de riesgo, que si se contagian lo pueden pasar muy mal”, expresaba a este diario José Julio Herrero, alcalde de San Martín de Valderaduey, una de las muchas localidades donde se dieron problemas de esta índole.

Una situación parecida se encontraban esta semana algunos ayuntamientos de la Zona Básica de Salud de Corrales del Vino, donde el pasado martes se declaraba un brote de COVID-19 y a algunos ayuntamientos de la comarca llegaban quejas vecinales porque había vecinos que estaban a la espera de los resultados de su PCR pero no se encontraban aisladas en sus domicilios.

El problema viene dado porque Sanidad no comparte los datos personales de los ciudadanos que se practican esta prueba, ya que las leyes sanitarias obligan a respetar la confidencialidad de los pacientes.

Sin embargo, esa misma legislación permite a la autoridad sanitaria compartir esos datos con los Cuerpos de Seguridad del Estado por el bien de la salud pública, lo que podría acabar en una sanción para aquellas personas que se niegan a cumplir el aislamiento domiciliario prescrito.

En aquellos municipios con una situación epidemiológica grave, o en caso de que haya una sospecha fundada de que la población no respeta la cuarentena, la autoridad sanitaria puede compartir la identidad de las personas que deberían estar en cuarentena con la Guardia Civil para que abra expediente sancionador. Los ayuntamientos no tendrán acceso a esos datos, pero sí pueden comunicar la existencia de una situación preocupante a la autoridad sanitaria –la Junta de Castilla y León– para que esta valore si es pertinente recurrir a los cuerpos de seguridad por el bien de la salud pública en la localidad. Es la Benemérita –o en las ciudades la policía– la que tiene la potestad de abrir expedientes sancionadores. Las sanciones pueden alcanzar los 60.000 euros en el peor de los casos.

El aislamiento domiciliario lo deben cumplir las personas enfermas de COVID-19 hasta tres días después de la desaparición de los síntomas, siempre que hayan pasado más de 10 días desde el inicio de la enfermedad. También aquellos con PCR positiva pero sin síntomas (asintomáticos) durante los 10 días posteriores a la realización de la prueba.

Las personas que tienen PCR negativa pero previamente han estado en contacto con un caso positivo deben guardar un aislamiento domiciliario de 14 días desde el último día de contacto.

En caso de las personas que conviven con un positivo por COVID-19, y por lo tanto han tenido un contacto prolongado con ese positivo, deben estar en cuarentena durante 24 días: los 10 días del conviviente contagiado y 14 días más atentos a la aparición de síntomas.

Se define como contacto haber permanecido más de 15 minutos a menos de dos metros de distancia de una persona PCR positiva en los dos días previos a la aparición de los síntomas o, en el caso de asintomáticos, en los dos días previos a la práctica de la prueba del coronavirus.