Continuando con la sección dedicada a los refranes, que encetamos en números anteriores de este periódico, vamos a ver hoy un feije de dichos y alguna adivinanza, recogidos todos ellos en Sanabria y además en habla pachueca, la variedad asturleonesa propia de esta comarca. Destacan las alusiones al periodo final del invierno, los meses de febrero y marzo, que era uno de los momentos duros del año, una época de hambre, penurias y muertes. 

‘‘Marzo, marciaca, nin deja buei nin vaca, nin pastor con su cayata nin perro con su carranca.’’ 

‘‘Pascuas marciales, fames o mortandades.’’

En el habla de Sanabria se conserva la -f- inicial latina, presente en fame (hambre). También en la misma palabra se observa la reducción del grupo M’N a -m-, rasgo que está presente en otras palabras sanabresas como llume (lumbre) o home (hombre). 

"Febreiricu, febreiruelu, saca las damas al Eiruelu. Si ves terregar ponte a chorar, si ves verdegar ponte a cantar.’’ 

"Cuando Candelaria chora, l’invernu vai fuora. Que chore que cante, hai invernu p’atrás y p’alante.’’ 

‘‘Sueldicu, sueldete, comite, caguéite.’’ 

En estos refranes se observan también dos rasgos propios de la variedad occidental del asturleonés, como son los diptongos decrecientes -ei- (febreiricu, eirelu, caguéite) y la solución ch- para el grupo PL- en chorar (llorar). 

"¿Quieres ourella? Tira por ella.’’ 

Aquí apreciamos tanto el diptongo decreciente -ou- como la solución -ll- ante el grupo -C’L- en ourella (oreja). Destacamos que se trata esta de una singularidad del habla sanabresa, común al mirandés (asturleonés hablado en Portugal). Así, mientras que en la mayor parte del dominio lingüístico asturleonés la solución para los grupos G’L, K’L y LY es -y-, dando lugar a formas como navaya (navaja), reya (reja) o fiyu (hijo), en Sanabria la solución general es -ll-, lo que produce navalla, rella y fillu. 

‘‘Quien no rellouca de joven rellouca de viejo.’’ 

‘‘Xuntóuse l’alcontróuse con l’atopóuse y anduviónense buscando.’’ 

Nuevamente observamos el diptongo decreciente -ou- (alcontróuse, atopóuse), así como la conservación sonido prepalatal fricativo sordo /ʃ/ en xuntóuse (en sanabrés no existía el sonido de la -j- castellana). Otro rasgo patrimonial es la palatalización de la -l- en rellouca. Aunque este es un fenómeno que habitualmente encontramos en el inicio de una palabra, véase llobu (lobo) o lluna (luna), en el verbo relloucar la palatalización aparece a la mitad de la palabra, al formarse este verbo por la adición del prefijo re-, algo similar a lo que ocurre con enllagonar. 

‘‘Desde os altos bien se fala’’

‘‘Arriméime, arriméime, fuime arrimando, al pucheiru dal cura comí dal caldu”

En este último refrán, parte de una tonada popular que se puede oír también en otras zonas del noroeste como Galicia y El Bierzo, observamos como singularidad la presencia del artículo al (el), característico del habla de Riballagu (Ribadelago). Asimismo se aprecia nuevamente el pronombre pospuesto en arriméime (me arrimé), fuime arrimando (me fui arrimando), fenómeno general en el habla tradicional de la comarca. 

Adivinanzas: 

‘‘Estaba Pinguín que pingaba. Vieno Funguín que fungaba y Funguín que fungaba comióu a Pinguín que pingaba’’ 

(Solución: Cochinu y castaña) 

‘‘Ventiochu de Xañeiru, Santu Tirsu verdadeiru, ¿a cuántos cae?’’ 

(Solución: 28 de Xañeiru...)