Aliste, una comarca conocida por sus setas y castañas, en estas fechas del año también surte de tomates de temporada a fruterías de toda España, a las que distribuye el producto a través de Mercamadrid.
En una zona históricamente agroganadera, con la agricultura en decadencia, los tomates llegan para quedarse y unirse a otras delicias de la tierra como ternera de aliste, el boletus edulis o zamoranito, las moras, la miel, las castañas e incluso los vinos de la Sierra de la Culebra
Más de 25 familias de diferentes pueblos de Aliste, Tábara y Alba producen tomates en sus huertas familiares que pueden sacar al mercado gracias a empresario de la zona que se encargan de distribuir el producto a los mercados mayoristas. De esta forma, las tradicionales huertas dedicadas al autoconsumo familiar se han convertido en una fuente de ingresos durante una temporada que se inicia a mediados de agosto, alcanza su punto álgido en septiembre y octubre, alargándose, dependiendo de la climatología, benigna, hasta mediados o últimos del mes de noviembre.
En esta campaña 2020 las familias productoras han cultivado más de 100.000 plantas de tomate “Rosa de Barbastro”. La calidad de la hortaliza varía de unos pueblos a otros en función de factores como la humedad, las temperaturas o las características del suelo, pero hay tres zonas naturales que destacan como buenos para la producción de tomates, entre ellos dos espacios de ribera: el entorno del río Aliste (Pobladura y Flores) y el del río Frío (Riofrío Abejera de Tábara, Gallegos del Río, Valer de Aliste y en el cercano Lober). El tercer espacio es de sierra y se localiza en el término de la localidad de Ferreruela de Tábara, pueblo situado entre montañas que dan los tomates con un sabor más intenso.
Cada día por la mañana, los productores recogen los tomates en sus fincas, los entregan a mediodía y por la tarde en las plantas de selección se procede a su envasado en cajas en categorías según su tamaño. Solo el almacén de Valer tiene contratados a 17 trabajadores esta temporada para seleccionar y envasar el tomate. De allí sale cada noche un camión con 10.000 kilos, y dos veces a la semana va acompañado de otro tráiler con capacidad para 22 toneladas. Las previsiones de esta empresa apuntan a que al final de la campaña se habrá superado una producción de 400.000 kilogramos si la lluvia o las heladas no acaban con la temporada del tomate de forma prematura.
Los tomates alistanos se consumen en lugares tan lejanos a la comarca como Almería y Málaga en Andalucía, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Zaragoza o el País Vasco.
A la planta de envasado de tomates de Valer se han unido otra iniciativa familiar en Tola (también en Aliste) y otras en Litos (Tierra de Tábara), Pozuelo (con planta arrendad en dicho pueblo tabarés y producción en la zona de Tierra de Alba) o también en Navianos.
