Zona de baño del Rebollal en el puente de Nuestra Señora | A. S.

Un trabajador porta la motosierra tras cortar la vegetación. | A. S.

Plásticos y basuras en la escollera. | A. S.

“Era una selva. No se podía entrar, ni bajar por la escalera”, así describía una vecina y pescadora de El Puente de Sanabria el estado de las orillas del río Tera aguas arriba del emblemático puente que da nombre al pueblo de El Puente de Sanabria. La opinión del vecindario ha cambiado para mejor.

Los trabajadores de la empresa TRACSA ejecutan desde hace una semana la limpieza de unos 400 metros del río por cuenta de Confederación Hidrográfica del Duero. Una de las orillas del río pertenece al barrio de la Fuente de El Puente, marcada por una escollera, y la otra orilla pertenece al término de Valdespino, barrio de La Gafa.

El depósito de materiales arrastrados en el río ha formado una isla en el centro del río dividiendo las aguas, colonizada por árboles de ribera, con cerca de una veintena de años. Con una excavadora se ha limpiado parte del cauce, mientras que las labores de corta y retirada de la vegetación ha sido manual. Solo se han dejado algunos pies de arbolado, además de completar las labores con la retirada de una importante cantidad de plásticos y basura arrojada al río y que ha quedado atrapada en las orillas. Demasiadas bolsas de plástico.

El ayuntamiento de Galende realizará otra limpieza por debajo del puente, dentro del casco urbano, con operarios municipales, como señaló el alcalde, José Manuel Prieto Ramos. El Ayuntamiento ya tiene la autorización de corta.

Despejar toda la zona despejada ha permitido a los vecinos recuperar, al menos por ahora visualmente la zona de baño de El Rebollal, donde prácticamente todo el vecindario ha disfrutado del baño en la época estival, y que estaba perdida por la proliferación de la cubierta vegetal. Una escalera de hierro permitía el acceso a pescadores y bañistas al río, aunque estaba casi tapada. Algunos vecinos se lamentaban de que la limpieza no se hubiera hecho antes del verano, aunque no es zona de playa, sí es zona de baño tradicional para los residentes y veraneantes ribereños.

También ha quedado al descubierto los daños que ha provocado el crecimiento de árboles en el mismo puente de Nuestra Señora con el desplazamiento de varios sillares por la presión de troncos y raíces. Uno de los vecinos colindantes al puente señalaba precisamente ese problema y riesgo de caída de alguna piedra.

Ese mismo vecino apuntaba su incomprensión porque se había hecho una exhaustiva limpieza en la zona perteneciente al puente y en la isleta, y se había quedado un pequeño tramo sin limpiar junto a las casas más cercanas al río, en la parte de Valdespino.

La profundidad a la altura del puente es de más de 4 metros y “en verano se tiran los jóvenes desde arriba” como constataba el vecino que vive junto al puente.

El alcalde de Galende precisó que se consultó con el guarda de Confederación el drenaje de la isleta pero se ha descartado por el riesgo de riada en las crecidas en el periodo de lluvias, que ya se avecina. El alcalde señaló otra de las limpiezas realizadas este año en Ribadelago y que ha supuesto una multa de 3.000 euros, que está recurrida, porque “según confederación limpiamos más de lo que se nos autorizó” mientras que para el Ayuntamiento dejar la vegetación “es ya de por sí un riesgo en el casco urbano de Ribadelago”.

Aguas abajo, los residentes ribereños señalan los agujeros que han ido creciendo en la base del puente de la carretera ZA-104, o la carretera del Lago y la necesidad de evaluar técnicamente su estado. Los colindantes han puesto su preocupación en varios grandes agujeros en el segundo pilar del puente ocasionados por el agua del río, y piden a los responsables de la Junta que evalúen el si hay algún riesgo en este puente, el que más tráfico soporta de la comarca.