“Tenemos miedo”. Los pocos padres y madres que ayer acompañaban a sus hijos al colegio Monte Gándara de El Puente de Sanabria no ocultaban el temor en un inicio de curso del todo enrarecido debido a la pandemia del COVID. Pertrechados tras las mascarillas los pequeños se acercaban a la escuela a cuentagotas, los autocares llegaban vacíos o a lo sumo con un escolar. Algunos progenitores, pese a la intención inicial, decidieron volver a casa con sus hijos.

Al final las aulas del colegio solo se ocuparon con 5 escolares del centenar que acuden desde varios pueblos de una zona atacada de lleno por el coronavirus. María llegaba desde Robleda con su niño de 2º de Primaria; “hay un poquito de miedo pero respetando las normas creo que podemos seguir”. Sobre ellas cada familia del centro ha recibido completa información a través de un documento de 24 páginas que bajo el título “Modelo para la realización del Plan de inicio del curso 2020/2021” donde se concretan las medidas de seguridad a adoptar para acudir a clase con los mínimos riesgos.

“Recordaremos que mantener la distancia de seguridad de 1.5 metros es la principal medida de prevención ante el COVID; partiendo de esta premisa, en nuestro centro educativo preveremos las medidas organizativas y de utilización de los diferentes espacios y del acceso/salida y movilidad en el centro educativo. Identificaremos y señalizaremos los espacios comunes que permitan el mantenimiento de dicha distancia, independientemente de la organización de los espacios educativos” precisa el documento.

El grave brote de COVID-19 declarado en la residencia de ancianos de El Puente y que ya arroja un centenar de casos de coronavirus en la zona se ha dejado notar en la comarca de Sanabria, la más afectada de la provincia y de Castilla y León por la ausencia de alumnos el primer día de clase. Según los datos de la Junta, en la Zona Básica de Salud de Puebla de Sanabria ayer faltaron un total de 194 alumnos, repartidos entre 23 en Palacios de Sanabria, 95 en Puente de Sanabria y 76 en Puebla de Sanabria. A ellos hay que sumar 20 en Revellinos de Campos. En total 214 alumnos que han dejado de ir a clase en el primer día del curso entre los cuatro centros de la provincia.

Preguntada por si esta decisión tendrá consecuencias, la delegada territorial de la Junta, Clara San Damián, no quiso ayer adelantar nada a la espera de cómo evolucione la asistencia en los próximos días. San Damián insistió en que la Dirección Provincial de Educación ha decidido mantener la apertura del curso en la comarca porque la Consejería de Sanidad considera que no existe riesgo de “transmisión comunitaria”.

Pero los padres no se fían. “Prima la salud de nuestros hijos” destacaba Manuel Mateos, representante del Consejo Escolar del colegio Fray Luis de Granada de Puebla de Sanabria. Otro motivo de preocupación para los padres es que la mayoría de los docentes no tenían hecha la PCR y sobre todo pesa en la decisión la recomendación de la pediatra de la zona pidiendo que se aplazara el inicio del curso hasta la próxima semana.

Manuel Mateos va más allá. “Por sentido común no se deberían haber abierto los colegios cuando están más de 200 personas haciéndose PCR en Puebla y esto puede ir a más. “Ahora mismo lo que prima es la protección de nuestros hijos y no se debe de meter miedo a los padres con que se tomarán medidas porque la salud es lo primero”.

La mayoría de las familias están determinadas a no llevar a sus hijos a los centros hasta que la crisis sanitaria no empiece a remitir en la comarca. Un área con “tendencia al alza” en COVID 19, como ha admitido la consejera de Sanidad, sin que se contemplen medidas de salud pública porque “no es un brote de transmisión comunitaria”.Los colegios estaban preparados para el inicio del curso en las condiciones que impone la pandemia.

Los trabajadores del Ayuntamiento de Galende desinfectaban ayer la entrada al colegio de El Puente momentos antes de la llegada de los escolares. Entre las medidas de seguridad se han habilitado varias entradas al centro, para personal y profesores, y otras para los alumnos. Se han abierto accesos desde los muros con el fin de evitar contactos entre alumnos de distintos cursos. Otra cuestión será ver cuando el colegio volverá a recuperar su dinamismo con el centenar aproximado de escolares de Infantil y Primaria que le dan vida.

En el Fray Luis de Granada de Puebla las quejas de los padres venían por las deficiencias detectadas en las obras de mejora del centro o la falta de agua caliente, especialmente necesaria en un curso donde el lavado de manos permanente será una de las obligaciones.

Desde Villanueva de Valrojo llegaba la “desagradable” sorpresa de los padres cuando llevaron a sus hijos al autobús para acudir al colegio de Ferreras de Abajo. “Están cinco niños para una furgoneta de seis plazas” se quejaba Belén Martín, madre y alcaldesa de Villanueva de Valrojo. “Parece ser que está permitido, pero con tantas medidas de mascarillas, lavados, distancias y resulta que los niños van en un vehículo todos juntos. No nos parece normal”.