Cuatro años sin rastro de Miguel Fernández. El 2 de septiembre de 2016 este alistano de 78 años salía de su casa de verano en Gallegos del Campo para darse el paseo rutinario. Nunca más volvió. Un caso sin pistas, una desaparición que ha impedido a la familia cerrar el duelo y cada vez es más remota la posibilidad de encontrar respuestas a lo que pudo pasar.

El caso no está cerrado para la Guardia Civil, que a finales del año pasado volvió a rastrear en entorno de Gallegos del Campo por donde desapareció Miguel Fernández con un perro especializado en la localización de restos humanos. Tampoco ese intento tuvo éxito. “No tenemos ninguna queja de la Guardia Civil, cada vez que llamo me atienden y se que no dan por cerrada la investigación, pero nosotros a nivel personal estamos frustrados por no saber qué le pudo pasar a mi padre” cuenta Lucía Fernández.

Ella y su madre han pasado unos días este verano en Gallegos del Campo, donde la familia tiene una casa y allí acuden en vacaciones. Cuando Miguel Fernández desapareció estaba pasado el verano con su mujer. “Teníamos confianza en que los cazadores, que parean mucho el monte, pudieran dar con alguna pista o encontrar restos, pero tampoco. El problema es que cada vez hay más maleza, el monte está intransitable y es muy complicado ya que se pudiera encontrar algo” expresa la hija del anciano desaparecido.

Hoy, como cada 2 de septiembre desde hace cuatro años es un día de dolor y recuerdos para la familia. “Es lo que nos queda, el recuerdo”. Cada vez que Lucía, residente en Madrid, vuelve a Gallegos del Campo contacta con la Guardia Civil, incluso lo hizo también con los bomberos de la Mancomunidad Tierras de Aliste para ver si era posible un rastreo con el dron adquirido.

Lucía Fernández y su madre no se olvidan de la respuesta de los vecinos, el alcalde de Figueruela de Arriba (Ayuntamiento al que pertenece Gallegos del Campo), Guardia Civil o Protección Civil a raíz de la desaparición de su padre. Fueron días de interminables búsquedas monte a través que no dieron resultado alguno.

Cuatro años después el caso de Miguel Fernández forma parte de la larga lista de desaparecidos sin respuesta en España.